Josef Fritzl ha ocultado hoy de nuevo el rostro y se ha negado a hablar con la prensa al comienzo de la segunda sesión del juicio por haber encerrado y violado a su hija Elisabeth durante 24 años en un sótano, una actitud que, según su abogado, se debe a que «se ha avergonzado». El conocido como «Carcelero de Amstetten» ha llegado a la Audiencia Provincial de Sankt Pölten, que acoge el proceso, a las 09.04 (08.04 GMT) escoltado por dos agentes policiales. Al igual que hizo ayer en la apertura del juicio, Fritzl, de 73 años,haocultadoel rostro tras un archivador azul y se ha negado a contestar las preguntas del único equipo de periodistas, de la televisión austríaca ORF, al que seha permitidobrevemente el acceso a la sala. Rudolf Mayer, el letrado de la defensa, hajustificadola actitud de su cliente: «Simplemente se ha avergonzado». La sesión de hoy del proceso que juzga a Fritzl por los delitos de asesinato por omisión de socorro, esclavitud y violación, entre otros, se celebra a puerta cerrada para proteger la intimidad de las víctimas. La sentencia podría ser dictada por un tribunal de austríaco este jueves, si todo va como está previsto. En principio, el pase del vídeo de once horas de duración con la grabación del testimonio de Elisabeth sobre su cautiverio, al que no se permitió la entrada del público, debería terminar hoy antes de que oscurezca, dijo Cutka. Los ocho miembros del jurado, cuatro hombres y cuatro mujeres, podrán ver el vídeo en el que Elisabeth cuenta con todo detalle cómo su padre comenzó a abusar de ella cuando tenía sólo 11 años. Según asegura, en agosto de 1984 la llevó al sótano y allí la drogó, la esposó y la encerró en el zulo que ya tenía preparado. No volvería a salir hasta 24 años después. En la segunda jornada, Cutka manifestó que continuaba la causa iniciada ayer con las declaraciones por vídeo de su hija Elisabeth, de 42 años, que concluirá, previsiblemente, hoy. Para mañana está programada la lectura de la opinión de psiquiatras y de un neonatólogo para analizar si el acusado fue responsable por omisión de la muerte de uno de los siete hijos que tuvo con su hija Elisabeth. Si finalmente el jurado le declara culpable de asesinato, Fritzl sería condenado a cadena perpetua. En caso contrario, de ser hallado culpable de esclavitud la pena máxima es de 20 años de prisión, mientras que los otros cargos podrían suponer una condena de hasta 15 años. El veredicto se espera para el jueves o el viernes.