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La Nasa mira a la Luna de nuevo, 40 años después

Se cumplen cuatro décadas desde que el astronauta Neil Amstrong diera aquel "gran paso para la humanidad" sobre la superficie lunar

A las 9.32 horas de un día como hoy, hace 40 años, partió al espacio el cohete más potente jamás construido, el Saturno V. Fue lanzado desde el centro espacial Kennedy de Florida (EEUU) y a bordo iban los astronautas Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins. La llegada a la Luna se produjo cuatro días después, cuando Armstrong y Aldrin se convirtieron en los dos primeros terrícolas que pisaron otro cuerpo celeste.

La imágen de Neil Armstrong pisando la superficie lunar ha dado la vuelta al mundo millones de veces.  Fue el primero hombre en llegar a la Luna y desde entonces, ha sido el más evasivo de la tripulación de Apolo 11.

La imágen de Neil Armstrong pisando la superficie lunar ha dado la vuelta al mundo millones de veces. Fue el primero hombre en llegar a la Luna y desde entonces, ha sido el más evasivo de la tripulación de Apolo 11.

Cuatro décadas después, la Nasa ha vuelto a fijar su mirada en la Luna con el objetivo de buscar ubicaciones para posibles asentamientos humanos que permitan, en un futuro, hacer escalas para viajes más lejanos.

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La exploración lunar tuvo su clímax entre 1969 y 1972, cuando el satélite recibió la visita de trece astronautas. Desde entonces, la Luna -que orbita a una distancia de unos 384.000 kilómetros de la Tierra- no ha recibido visita humana, aunque en los últimos tiempos ha surgido un nuevo interés por descubrir los secretos de su superficie polvorienta, donde se cree que podría haber agua.

El primer paso de este nuevo interés ocurrió el pasado mes de junio, cuando se colocó en la órbita lunar la nave robótica Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO), con la misión de buscar agua y posibles puntos para el descenso de cápsulas que transporten astronautas, y para crear asentamientos.

La LRO, que ya ha empezado a enviar imágenes a la Tierra, explorará los cráteres más profundos de la luna, sus regiones bajo la luz del Sol y las que están permanentemente en la sombra y los efectos de la radiación sobre los seres humanos.

La sonda LRO y la cápsula LCROSS (Lunar Crater Observation and Sensing Satellite), que le acompañó en la partida desde la Tierra hace unas semanas, constituyen la primera avanzadilla para el retorno del hombre a la Luna, previsto para después de 2020.

El propósito de una aventura tan costosa -se calcula que el primer retorno humano a la Luna supondrá el desembolso de unos 105.000 millones de dólares- es la explotación de los recursos naturales que los científicos creen que allí existen, y el establecimiento de un trampolín para los viajes a Marte.

 
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