La Revolución que nunca llegó
Tres iraníes exiliados en España nos cuentan, 31 años después del levantamiento, cómo ven su país desde la distancia
31 años después del levantamiento que puso fin a la dictadura del Sha en Irán, los derechos civiles por los que el pueblo arriesgó su vida siguen siendo un espejismo. Tres iraníes exiliados en España nos cuentan cómo ven su país desde la distancia.
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Nazanin Amiriam es Licenciada en Ciencias Políticas y profesora de la UNED. Ella es una más de los muchos exiliados políticos que tras el establecimiento de la República Islámica se vieron obligados a abandonar su país. Según Nazanin, fue apenas tres meses después de la revolución cuando el nuevo gobierno islámico liderado por Jomeini, comenzó implantar una serie de medidas que no sólo no garantizaban los derechos por los que habían luchado sino que además suprimían algunos de los que los iraníes ya disponían.
"Sustituyeron la justicia social que pedíamos, por la justicia islámica, que consiste en aplicar la Ley del Talión, la lapidación, la pena de muerte para 62 delitos... Se convirtió en un gobierno del terror" afirma la profesora iraní.
Majid Javadi también es un exiliado político. Este músico iraní fundador de la Casa Persa en Madrid decidió abandonar Irán en 1986 porque la música, su profesión, estaba prohibida. "La situación se fue radicalizando cada vez más", recuerda Majid, "Nos decían vete y cállate".
Hamid Motagui es periodista y bloguero. Nació dos años después de la revolución. Él es parte de la nueva generación que no participó en el acontecimiento histórico del 79 pero que hoy se encarga de liderar la que ya es conocida como la "Marea Verde", el movimiento de protesta que desde las elecciones de junio de 2009 cuestiona en las calles al gobierno de Ahmadineyad.
Hamid no tiene más remedio que hacerlo desde España, ya que también se vio obligado a salir del país tras pasar tres meses en la cárcel acusado de criticar los valores de la República Islámica. "O me iba de Irán o me mataban" afirma Hamid, quien asegura que aunque antes de la revolución no había libertad, ahora tampoco.
Tanto Nazanin, como Majid y Hamid están de acuerdo en que la situación en Irán se encuentra incluso peor de lo que estaba en los tiempos de Reza Pahlevi. "Las cárceles del Sha estaban llenas, pero ahora están más llenas", dice Majid. El joven periodista va más allá al asegurar que "se está matando a la gente en las calles". Nazanin es optimista y cree que el nuevo movimiento verde es un signo de que ya ha empezado la cuenta atrás para el sistema vigente: "La República Islámica no puede mantenerse como una república si no reconoce los derechos de los ciudadanos de votar, de cambiar de presidente o de expresarse libremente".
- <a name="despiece1"></a><b>Nace la República Islámica</b>