Garzón: "No he cobrado ni un dólar del banco Santander"
El juez Baltasar Garzón sorprendió ayer a los abogados de la acusación y al propio instructor del Tribunal Supremo al entregar como prueba de su defensa una decena de cartas
En esas cartas, en las que se dirige a sus destinatarios con las expresiones "querido" y se despide de ellos con "un abrazo", el juez pretende demostrar que su relación con el presidente del Santander es igual a la que mantiene con otras figuras públicas.
Los mismos términos en los que se dirige al presidente del banco Santander, Emilio Botín, para agradecerle el patrocinio de los cursos en la universidad de Nueva York.
Expresiones que han servido a los acusadores para denunciar que el banco pago a Garzón por los cursos y que éste luego, en agradecimiento, archivó una querella presentada contra su presidente.
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Garzón dice que es su modo habitual de expresarse y que así lo hizo en otras cartas de agradecimiento dirigidas por ejemplo a Rajoy, Esperanza Aguirre o Ruiz Gallardón.
Garzón reconoce que su comunicación epistolar con Zapatero, Moratinos, o Felipe González, comienza con la expresión querido y termina con un fuerte abrazo como cuando invitó al desarrollo del curso en Nueva York a Rodrigo Rato entonces director gerente del Fondo Monetario Internacional, quien, por cierto le contestó con "querido Baltasar".
A lo largo de su declaración, Garzón, corrigió, en varias ocasiones al juez del Supremo Manuel Marchena porque las preguntas contenían afirmaciones falsas como que Garzón cobró por organizar los cursos.
El interrogatorio fue muy intenso, con más de 66 preguntas, sobre su familia, los viajes, el piso donde vivía o si no pensó en abstenerse en la querella contra el Banco Santander. El juez contestó con firmeza, según su abogado, que nadie salvo la universidad pagó sus gastos o los de su familia y que el archivo sobre el caso Botín lo solicitó el fiscal y lo refrendó, después, la Audiencia Nacional.
"No he cobrado ni un dólar, ni un centavo del banco Santander", finalizó.