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FÚTBOL | MUNDIAL 2010

Rebelión en la concentración francesa en Sudáfrica

Los jugadores galos se niegan a entrenar después de una discusión entre Evra y Duverne

Portada del diario francés L'Equipe en la que destapa la conversación entre Anelka y Domenech

Las cosas empeoran aún más en la selección francesa. A los 'bleus', que están al borde de la eliminación después de un empate ante Uruguay y una derrota ante México, se le multiplican los problemas. Ayer se hicieron públicos los graves insultos que Anelka dirigió sobre su entrenador, Domenech, en el descanso del partido ante los aztecas. Y el delantero francés fue expulsado.

Y ahora los jugadores se han negado a entrenar. "Los jugadores no se quieren entrenar aquí, es una vergüenza. En estas circunstancias, he decidido regresar a París y dimitir", ha afirmado Valentin, delegado de la Federación Francesa de Fútbol (FFF) en declaraciones al diario galo L'Equipe, tras confirmarse la decisión de los jugadores de suspender la sesión prevista para la tarde.

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El último episodio en el que se ha visto envuelto el equipo galo se produjo en el entrenamiento matinal del equipo, donde el capitán, Evra, ha tenido un altercado con el preparador físico del equipo. El jugador y el técnico se han encarado al principio de la sesión y Duverne ha tenido que ser calmado por el resto del equipo técnico tras lanzar su silbato al suelo.

El enfrentamiento de Evra con el preparador físico llevó a la decisión de cancelar la sesión prevista para la tarde, después de una reunión de 20 minutos con Raymond Domenech, en la que se han tapado todas las ventanas con cortinas para impedir cualquier filtración a la prensa. El seleccionador galo ha leido una carta escrita por los jugadores en la que se confirma que han sido los propios futbolistas los que han decidido no ejercitarse tras la polémica con Anelka. En ella, todos los jugadores han mostrado su desaprobación con la decisión de la Federación de expulsar al delantero sin consultar y mostraron su solidaridad, al tiempo que han decidido boicotear el entrenamiento vespertino.