Internacional

Israel y Palestina se comprometen a llegar a un acuerdo en "los temas esenciales" en menos de un año

Netanyahu y Abbás han acordado mantener la confidencialidad de las conservaciones de paz

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y el presidente palestino, Mahmud Abbás, han comenzado en la localidad egipcia de Sharm el Sheij la segunda ronda de diálogos directos a la que se comprometieron en Washington a principios de mes. Los dos líderes han estado acompañados por la Secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton.

Israelíes y palestinos se han comprometido a cerrar los temas esenciales en el plazo máximo de un año. "La discusión seria sobre los temas fundamentales ya ha comenzado", ha expresado el enviado especial de EEUU para Oriente Medio, George Mitchell, al final del segundo encuentro entre Abbas y Netanyahu.

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Entre cero y uno hay posibilidades, y esas son las que se expondrán durante estos días en la mesa de negociación de palestinos e israelíes. Las precondiciones de ambos han quedado en un segundo plano, no es probable que se avance mucho en cuestiones clave para la paz -como la definición del estado palestino, la seguridad de Israel, las fronteras y mucho menos sobre Jerusalén y el retorno de los refugiados palestinos- pero Mahmud Abbas y Benjamín Netanyahu cumplirán con su palabra dada a Barack Obama el pasado 2 de septiembre y han conversado hoy y lo harán mañana en la primera reunión de trabajo de las nuevas negociaciones de paz.

Sí que tienen que llegar a algo concreto sobre el futuro de los asentamientos judíos. Netanyahu no prorrogará la moratoria de construcción, pero sí que ralentizará la expansión de las colonias. Hay muchas opciones: limitar la construcción a entre 1.500 y 2.000 viviendas al año, construir sólo en Jerusalén Este y en las colonias más pobladas, terminar con los concursos públicos y no construir en los puntos alejados del muro. La realidad comprobada por la asociación israelí "Paz Ahora" es que hay 13.000 viviendas aprobadas, de las que casi la mitad se ubican en puntos alejados de la frontera israelí. Y además sólo el 20 por ciento de los israelíes cree que su gobierno debe frenar totalmente el crecimiento de los asentamientos.

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