La difícil vida de los cristianos en Tierra Santa
La vida para los cristianos en Tierra Santa está lejos de ser fácil. La mayoría, que vive en territorio cisjordano, sufre también el conflicto entre israelíes y palestinos. A esto le tienen que sumar un éxodo progresivo.
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Mientras la población judía y musulmana ha ido creciendo en los últimos 50 años, la presencia cristiana ha ido decayendo. Los datos, los pone el vicecustodio de Tierra Santa, el franciscano español Artemio Vítores: "En 1948 los cristianos en Jerusalén eran un 20%; hoy son el 1'4%. Lo mismo pasa en Belén, en 1907 eran el 70% de la población, hoy no llegan al 12%". Los cristianos en toda Palestina no llegan al 2% del total, en Israel, tampoco. Es una minoría que, además, como el resto de palestinos el conflicto con el Estado hebreo.
Durante la segunda Intifada, entre 2000 y 2005, el 80% de la población no tuvo ningún salario. Y la cosa no ha mejorado con el levantamiento del muro, que divide las dos ciudades más habitadas por cristianos: Belén y Jerusalén. Antes los cristianos iban a trabajar de una ciudad a otra "ahora lo siguen haciendo, pero las condiciones son muy dramáticas", dice Vítores. "Ahora dependen de un permiso que les tiene que dar Israel, que se lo da a quien quiere y se lo retira cuando quiere".
Además de todo esto, el vicecustodio, que es el encargado de velar por la conservación y la recuperación de todo lo cristiano en Tierra Santa, le suma la dificultad de vivir entre dos fuegos. Las amenazas son constantes. "Esta mañana un fraile me ha contado que han recibido una carta con dos balas. Esto es lo que os va a pasar si no acabáis con las quemas de Coranes y las caricaturas de Mahoma. Os quemamos el convento".
Es el día a día de un conflicto que no da tregua, tampoco en Navidad, a ninguna de las confesiones que viven en esta tierra; que ellos mismos describen, a pesar de la situación en la que viven, como "tres veces santa".