El 11-S y las teorías conspiratorias
El recelo contra la verdad y la lucha contra una guerra del terror en términos tan abstractos, ha provocado una cadena de teorías conspirativas que han circulado como la pólvora desde la tragedia
En el 2006, una encuesta de Scripps Howard revelaba que un 36% de los estadounidenses creía en algún tipo de conspiración gubernamental y en la ocultación por parte de la Administración Bush de evidencias en los atentados del 11 de septiembre. El recelo contra la verdad, la lucha contra una guerra del terror en términos tan abstractos, provocó una cadena de teorías conspirativas que han circulado como la pólvora desde la tragedia.
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El libro 'Citizen you', escrito por dos periodistas del periódico satírico 'The Onion', abrió la veda sobre preguntas 'prohibidas' que rebatían la versión oficial de los atentados. A la luz del diario cabía cuestionarse, por ejemplo, por qué se encontró el pasaporte de Satam Al Suqami entre los escombros pero no así la caja negra del avión.
Muchas han sido las cuestiones que han alimentado la fiebre conspiracionista desde entonces: ¿Por qué se ocultaron las imágenes del atentado contra el Pentágono?; ¿Por qué la estructura de las torres no colapsó hacia fuera?, ¿Por qué el Gobierno no dio orden para que los aviones secuestrados fueran interceptados por las fuerzas armadas?, ¿Cómo pudo la administración Bush ignorar tantas señales?.
David Ray Griffin, catedrático de Filosofía, contribuyó con su obra 'El nuevo Pearl Harbor: preguntas inquietantes sobre el 11-S y la Administración Bush', a cuestionar la complicidad gubernamental con los atentados. Según su teoría, el atentado en las Torres Gemelas sólo podía explicarse desde la óptica de la necesidad de otro 'Pearl Harbor', a fin de generar el apoyo popular necesario en la agenda geopolítica estadounidense. También se justificaría, según la obra, en el posterior recorte de libertades bajo la rúbrica de la seguridad nacional (La Patriot Act) y en la configuración de un moldeable "eje del mal".
La investigación llevada a cabo por Instituto Nacional de Estándares y Tecnología concluía que el derrumbe de las Torres Gemelas se produjo por el daño estructural en la columna de los edificios tras el impacto de los aviones. Para la asociación Architects and Engineers for 9/11 Truth (Arquitectos e Ingenieros para la Verdad sobre el 11 de septiembre), esta explicación está lejos de la verdad. Su hipótesis se basa en hechos como que la caída de las Torres Gemelas fue la única de la historia producida por el impacto de un avión o que resulta inverosímil que el Gobierno no hubiese llevado a cabo una intercepción de los aviones siguiendo el protocolo existente en caso de que un avión cambie su ruta dentro del espacio aéreo estadounidense.
Otros en apuntarse al filón especulativo fueron los creadores de Loose Change, una producción de 4.700 euros realizada por tres amigos veinteañeros con ganas de hacerse un hueco en Hollywood. "El 11-S es el JFK de nuestra generación" es la premisa del joven soldado y productor de la cinta, Korey Rove. El vídeo casero, visto 30 millones de veces en YouTube, aglutina diversas leyendas urbanas como la demolición profesional de la torre 7 del World Trade Center; el estallido de un misil estadounidense, y no así el vuelo 77 de American Airlines, en el Pentágono; o el derribo del vuelo 93 de United Airlines, siniestrado en Shanksville (Pensilvania), por un misil que lo que hizo desintegrarse en el aire. La caja negra de la aeronave demuestra, sin embargo, que en el avión hubo una revuelta de pasajeros que provocó que el aparato se descontrolase.
Un nuevo punto común de fricción se encuentra en la empresa responsable de seguridad de las Torres Gemelas, Securacom, dirigida por Marvin Bush, el hermano pequeño del entonces presidente, George Bush. Los días previos al 11-S algunas de las plantas de las Torres fueron desalojadas por apagones, tal y como consta en la investigación.
En respuesta a las numerosas teorías especulativas, el Instituto Nacional de Estándar y Tecnologías (NIST) colgó en su web un cuestionario rebatiendo uno por uno los misterios del 11-S. "Los consipiranoicos no necesitan datos", asegura el ingeniero Zdnek Bazant, el primero en elaborar una teoría sobre por qué se cayeron las Torres Gemelas.