¡¡¡Somos la hostia!!!
Tras el partido de la selección española de baloncesto, mi subconsciente me ha enviado al pasado, a mi niñez, a mi juventud, en un afán por encontrar la raíz que diera un atisbo de luz y justificación, a los años de plenitud deportiva que estamos viviendo.
De pequeño, nuestras posibilidades de ocio, eran más bien escasas ("igualito que ahora...") y, o bien te ibas a la calle -no era mi caso-, o bien te quedabas en casa leyendo "El Capitán Trueno o el Jabato" (héroes del cómic español), y más adelante eran "Los 7 Secretos o Los Cinco" de la británica Enid Blyton los que ocupaban esas horas; o por el contrario, te ponías a jugar en casa a indios y vaqueros. La última opción era ver una televisión de dos canales sin posibilidad de debate alguno; en blanco y negro; con botones y no con mando a distancia que te evitaran tener que levantarte del sofá; y con una programación donde gobernaba el telediario, el teatro, la música clásica, los torneos de baloncesto de Navidad del Real Madrid y los documentales encabezados por Rodríguez de la Fuente.
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Por aquel tiempo, a nivel deportivo, algunos eran los nombres esporádicos que tenían capacidad de concentrar algunos picos de audiencia (share) alrededor de la pantalla. El boxeador maño, Perico Fernández (Zaragoza, 1952) era uno de ellos. Su poca ortodoxia fue ampliamente conocida en el mundo del boxeo, pero no por ello, dejo de conseguir el título mundial de peso "superligero". Paquito Fernández Ochoa (Madrid, 1950) es el único deportista español en conseguir la medalla de Oro en unos Juegos Olímpicos de Invierno, en la modalidad de Esquí, y el tercero, tras Amezola y Villota en "Pelota Vasca" (París, 1900) y J.Alvarez, J.García y J.Navarro, Medalla de Oro en la prueba hípica, de saltos por equipos (Amsterdam, 1928).
Mariano Haro (Palencia, 1940) fue un atleta de Cross, Fondo y Medio fondo, y lo que le impulso a serlo, fueron el clima y las dificultades económicas, hasta convertirse en Campeón de Europa. Acabó retirándose, por la baja compensación económica que suponía tal dedicación. Luis Ocaña (Cuenca, 1945) emigró con sus padres a Francia. Allí inició la carrera de ciclismo, que le llevo a ganar el Tour y la Vuelta. Una vez retirado, se dedicó a la viticultura. Llegó a participar en la vida política francesa.
Poco que decir de Ángel Nieto (Zamora, 1947), nacido de familia humilde pero perseveró, y tras entrar como aprendiz en un taller de motos de Vallecas, acabó convirtiéndose en uno de los campeones más laureados, de la historia del motociclismo, con "doce más un" cetros mundiales. Manolo Santana (Madrid, 1938) ganador de cuatro torneos del Gran Slam de tenis (Roland Garros, Wimbledon y Open Estados Unidos), consiguió la medalla de oro olímpica de México y fue nombrado numero uno del mundo, y pudo alcanzar esas cotas, gracias a un socio que se fijo en el, cuando ayudaba como recogepelotas en el Club de Tenis Velázquez.
En definitiva, el deporte español ya mostraba síntomas más que interesantes alrededor de la década de los 70, pero todos estos grandes campeones, no dejaban de ser la mayoría de ellos, autodidactas y fruto de su constancia personal. Sin embargo, no podemos encontrar entre todos ellos, ninguno que haga referencia a deportes de grupo y a su vez, que estos se mostraran dominadores durante años o décadas, a nivel europeo o mundial.
Todos coincidimos en constatar que, sin ningún lugar a dudas, estamos en la época dorada del deporte español, donde no tan solo han seguido apareciendo campeones más longevos en disciplinas individuales (Seve Ballesteros, Miguel Indurain o Alberto Contador, Rafa Nadal, Fernando Alonso...), sino que en deportes de equipo, hemos dado un salto espectacular hasta gobernar prácticamente en muchas disciplinas (futbol, baloncesto, balonmano, waterpolo, natación sincronizada, hockey...).
La Selección Española de Baloncesto, una de las precursoras en este espectacular despertar rotundo del deporte español, fue ayer una mezcla de talento indiscutible, junto a un derroche de esfuerzo y complicidad de todo un E-QUI-PO (dentro y fuera de la pista), por un logro... ya conseguido! que la pone al nivel de las grandes selecciones, lo que da más valor a esta doble consecución del título europeo (quizá asimilemos la complejidad de lo conseguido, si pensamos en como le será de difícil ganar a "La Roja" de Futbol, otro Europeo u otro Mundial). Sintámonos pues, orgullosos de este grupo, sintámonos orgullosos de nosotros..., de todos nosotros sin distinción alguna y, recordando a los antiguos pioneros que ayudaron a instalar este instinto de superación en nuestro ADN, levantemos la copa de cava con descaro por unos momentos, y digamos : "¡¡¡Somos la hostia!!!"...y a seguir trabajando. Salud