Gallardón, el paciente

Junto a Soraya Sáenz de Santamaría, Alberto Ruiz Gallardón fue uno de los primeros que aparecieron en todas las quinielas de ministrables del Gobierno de Mariano Rajoy. Si bien ha dedicado su vida a la política en Madrid, primero como Presidente de la Comunidad, luego como alcalde, es un secreto a voces que Gallardón sueña con dar el salto a la primera línea nacional desde hace tiempo. Afiliado a Alianza Popular desde los 18 años, el alcalde lleva tiempo enviando señales para ser tenido en cuenta. En 2006 dejó bien claro que su intención era formar parte de las listas de 2008, pero sus desencuentros con Esperanza Aguirre le dejaron fuera del juego electoral.

Fue uno de los peores varapalos para su carrera, e incluso se planteó abandonar la política. Pero Gallardón supo recomponerse y asumió que era mejor no forzar la maquinaria, dejarse de gestos grandilocuentes y adoptar un pefil de político fiel a su partido y leal a sus dirigentes. Gallardón cambió la estrategia y se volcó en la ciudad de Madrid, lo que plasmó en la candidatura para los Juegos Olímpicos de 2016 y la conclusión de las obras "faraónicas" que afectaban a media ciudad.

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Rajoy recompensó su "buen comportamiento", la alta valoración en las encuestas y los resultados conseguidos en las últimas elecciones municipales concediéndole el número cuatro de las listas al Congreso y colocándole en la senda de su objetivo, convertirse en ministro.

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