Tiempo de verano, tiempo de bañador
La llegada del buen tiempo significa ir pensando ya en las vacaciones, o, en otros casos, en la piscina de la ciudad. Lo que no podemos dejar al azar en estos casos es la elección del traje de baño. No basta con recurrir al trastero y rescatar los modelos del año anterior.
Bañador de Lacoste / EL CORTE INGLÉS
Elegir un bañador nuevo es algo que anima, estimula para estos últimos días de calor y trabajo, y además, hoy en día contamos con la gran ventaja de que existen modelos que se adaptan, además de a cada cuerpo, a cada bolsillo.
Hay que tener en cuenta que no es una prenda cualquiera: vayas a la playa o a la piscina, estarás muchas horas con esta única prenda pegada a tu cuerpo, así que querrás verte bien, además de cómodo.
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Dejemos de lado los bañadores preparados para la práctica de la natación, porque en verano tenemos que lucirnos, además de disfrutar del agua. Piensa que la mayor parte del tiempo estarás en la arena, en el césped, o en el chiringuito, y querrás sentirte lo más arropado posible.
Evita los tipo slip (poco estéticos para pasear) y también los que tienen un largo que baja de la rodilla (demasiado adolescentes). Hay dos tipos de bañador muy adecuados: el largo a la altura de tu rodilla o a medio muslo. Estos últimos han aparecido esta temporada con mucha fuerza y son muy favorecedores.
Elige, como siempre, entre liso o estampado, después elige color, y si quieres ir a la última recuerda que tienes que optar por uno de los dos extremos: tonos pastel o tonos ácidos.
Recuerda que las tiendas están llenas de bañadores para todos los gustos. Simplemente, elige y prueba.
