Interior concede por tercera vez un tercer grado a un preso de ETA de la vía Nanclares

El Gobierno ha concedido el tercero tercer grado en menos de cinco meses a un preso "arrepentido de ETA" que cumple prisión en la cárcel alavesa de Zaballa, la que sustituye a la de Nanclares de Oca, también en Álava. Se llama Jurgi Oteiza Nazabal, está condenado a cuatro años de cárcel y seis meses por pertenecer al entramado de la organización terrorista y no tiene delitos de sangre. Según fuentes de Instituciones Penitenciarias ha cumplido con todos los requisitos que exige la ley para obtener el tercer grado.

Se trata del cuarto preso disidente de ETA que alcanza esta situación en los últimos meses. Es la tercera vez que el el Gobierno popular concede un tercer grado y el cuarto que se da si contamos la última época del Gobierno socialista. Los otros tres son Fernando Luis de Astarloa que accedió al tercer grado con el gobierno socialista , Juan Manuel Fernández Pérez, el primer recluso al que el ejecutivo de Mariano Rajoy concedió esta medida y Joseba Andoni Díaz Urrutia a quien el ministerio del Interior concedió el tercer grado el pasado mes de abril. Los tres llevan años acogidos a la vía Nanclares de Oca.

Jurgi Oteiza Nazabal está condenado a cuatro años de cárcel y seis meses por pertenecer al entramado de ETA y no tiene delitos de sangre. Según fuentes de Instituciones Penitenciarias cumple con todos los requisitos que exige la ley para acceder a este beneficio penitenciario: ha cumplido la mitad de su condena, ha pedido perdón a sus víctimas, ha rechazado la violencia y ha empezado a hacer frente a las indemnizaciones por responsabilidad civil que tiene pendientes por su actividad terrorista. Este tercer grado allana a Oteiza Nazabal el camino para la libertad condicional. Necesita cumplir las tres cuartas partes de la condena y un informe favorable del juez de vigilancia penitenciaria. Con el tercer grado penitenciario el preso tan solo tiene la obligación de acudir a la cárcel para dormir y es el paso previo a la libertad condicional.

Oteiza Nazabal fue detenido en San Sebastian en mayo del año 2010 por orden de la Sección Tercera de la Audiencia Nacional por incendiar un autobús en septiembre del año 2001. En su declaración ante la Policía Autonómica Vasca que después ratificó ante el juez el acusado reconoció haber participado en más de diez acciones de violencia callejera desde el año 2000.

Vía Nanclares

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El Gobierno insiste en que la fórmula que comenzó en la cárcel de Nanclares de Oca (Álava) es la única vía posible para la reinserción de los presos de ETA. La vía la diseñó Instituciones Penitenciarias y el PSE (el partido socialista de Euskadi) y después la ha readaptado el ministerio del Interior con el ministro Jorge Fernández Díaz a la cabeza. El patrón es el mismo: cumplir la mayor parte de la condena, pedir perdón a las víctimas, rechazar la violencia y hacer frente a las indemnizaciones por responsabilidad civil por los actos terroristas. En el modelo readaptado por el actual equipo de Interior se ofrece la posibilidad de acercar a los presos al País Vasco si reniegan de ETA y rechazan la violencia. La idea que pretende transmitir el Gobierno es que no va a haber acercamientos a Euskadi ni siquiera en los casos de delitos menos graves, sin renuncia explícita del terrorismo. El colectivo de presos vascos, el EPPK, no acepta esta vía y la considera un "chantaje" por parte del Estado.

Instituciones Penitenciarias también ha alejado en los últimos meses a presos de ETA. El pasado mes de abril trasladó desde Zaballa a la prisión de Topas (Salamanca) a Ekaitz Samaniego. Es miembro de Segi, fue arrestado el pasado enero y condenado por el Supremo a seis años de cárcel por atacar una parada del tranvía de Vitoria en el año 2009.Es la política del palo y la zanahoria: la ley será generosa con quien se desmarque de las directrices de ETA y castigará a quien no rechace la violencia.