El titular del juzgado central de Vigilancia Penitenciaria, José Luis Castro, concede la libertad condicional al etarra, por razones humanitarias y de dignidad personal, pero no podrá salir de la cárcel hasta que el auto sea firme. Esto es, en un plazo mínimo de cinco días hábiles. El juez añade en su auto varios condicionantes. Uribetxebarria no podrá acercarse al lugar de trabajo o domicilio de sus víctimas. No podrá participar en manifestaciones, actos o realizar declaraciones que supongan un enaltecimiento del terrorismo. Tampoco podrá ausentarse de su lugar de residencia sin permiso, deberá presentarse mensualmente ante los servicios sociales externos del centro penitenciario de San Sebastián y comunicar cualquier novedad sobre su estado de salud. En los últimos años, el magistrado había dejado en libertad a presos con una esperanza de vida mayor que la del etarra, y ha visitado a 24 reclusos en situación similar a la de Uribetxebarria durante el primer trimestre del año. José Luis Castro se desplazó este martes hasta el Hospital Donosti para comprobar de primera mano el estado de salud del preso, hablar con sus oncólogos y recoger su historial clínico. El juez detalla en su auto que el etarra padece cáncer de riñón, una metástasis en el pulmón y otras tres en el sistema nervioso central. Y eso provoca que la pena de 318 años de cárcel por varios delitos terroristas, no cumpla ya la finalidad socializadora atribuida. Uribetxebarria Bolinaga participó en dos secuestros, incluido el de Ortega Lara, y en el asesinato de tres Guardias Civiles. El Ministerio del Interior le concedió el tercer grado penitenciario el pasado 17 de agosto después de recibir los informes favorables de la Junta de Tratamiento y del Hospital Donostia sobre la irreversibilidad de su cáncer. El centro sanitario aseguró que tenía el 90 por ciento de probabilidades de morir durante el próximo año. Una esperanza de vida discutida por la médico forense de la Audiencia Nacional, quien aseguró que tenía el 50 por ciento de posibilidades de superar los 11 meses y que podía ser tratado en prisión. El juez constata en su auto las contradicciones de ambos análisis pero dice que «en lo esencial», reflejan aspectos comunes y no pone en duda la profesionalidad de ambos equipos. En base al informe de la forense de la Audiencia, el fiscal Pedro Rubira se opuso a la libertad condicional del etarra y sostuvo que podía ser tratado en prisión. El magistrado dice al respecto que el último periodo de vida de un ser humano «es el más difícil de afrontar física y psíquicamente», y ello «exige unas condiciones emocionales, materiales y personales que son incompatibles con la situación de reclusión». No se descarta que la Fiscalía recurra la decisión del juez, y dicho recurso tiene efectos suspensivos. Es decir, Uribetxebarria no quedará en libertad hasta que los cinco magistrados de la sección primera de la Sala de lo Penal que preside Fernando Grande Marlaska, decida al respecto.