Vuelta al cole en tiempos de guerra
De los 22.000 colegios que hay en el país, 2.072 han sido destruidos o dañados
Este domingo empieza el nuevo curso en Siria y los niños vuelven a clase. O lo intentan. Intentan recuperar una normalidad que dejó de serlo hace casi dieciocho meses, los que dura ya el conflicto.
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De los 22.000 colegios que hay en el país, 2.072 han sido destruidos o dañados. Hay 1.200.000 desplazados internos y la mayoría de ellos están viviendo ahora en 801 escuelas, según el ministerio de Educación sirio. En la última semana se han ocupado 200 nuevos centros porque el número de personas que huyen de sus casas no para de aumentar. El gobierno sirio asegura que se está reubicando a los desplazados en edificios públicos vacíos y en polideportivos pero las agencias internacionales, que no tienen acceso al país, no están colaborando con el realojo aunque sí proveen material de primera necesidad. "Esto está complicando mucho el comienzo del año académico", dice Simon Ingram, el portavoz de UNICEF para Oriente Próximo, "pero el problema no es solo de infraestructura, según los datos que manejamos al menos 80 profesores han sido asesinados desde que empezó el conflicto".
Actualmente hay más de 245.000 refugiados en los países vecinos. Más de la mitad son menores y por eso cada país está poniendo en marcha medidas para que escolarizar a los chavales. "En el campamento más grande de Jordania, el de Zaatari estamos construyendo una escuela prefabricada para 6.000 niños, pero la cifra de menores que llegan no para de aumentar. Turquía e Irak están construyendo también aulas prefabricadas mientras que Líbano trabaja para acomodar a 32.000 menores en sus escuelas públicas, según la portavoz de UNICEF en Ginebra, Marixie Mercado.
"La mayoría de los niños que han huido del país, por no decir todos, se han visto afectados directamente por el terror de los hechos que están pasando en Siria", dice Ingram. Han sido testigos del sufrimiento de sus familiares, amigos o personas de su entorno y eso deja en ellos una huella inevitable. "Estos niños tienen problemas para conciliar el sueño, o problemas de hiperactividad. Otros se asustan o les entra pánico muy a menudo, solo por el hecho de ver un avión porque lo asocian con hechos que terribles que acaban de vivir. Y otros muchos se siente muy desorientados por vivir en un entorno que no es el suyo". Por eso para estos niños volver a la escuela es fundamental y más en tiempos de guerra. Según Mercado "para ellos no se trata solo de aprender. Se trata de que van a ir a un lugar seguro, que les va a dar estabilidad y esperanza para el futuro"
Unicef ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para que aporten fondos para asistencia a los menores en Siria. De los diez millones de dólares que estiman necesarios, solo han recibido uno.