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DÍA DE LA HISPANIDAD

Sobrio y austero desfile por la Fiesta Nacional

Defensa espera gastar algo menos de un millón de euros y suprime del despliegue los carros de combate, desfile aéreo y paracaidistas

Los Reyes han presidido este viernes en Madrid el desfile militar por la Fiesta Nacional, marcado por la austeridad y por la ausencia de los tradicionales silbidos y abucheos que todos los años dirigía el público al Gobierno.

El rey Juan Carlos pasa revista a las tropas que le rendían honores, momentos antes del inicio del desfile militar

El rey Juan Carlos pasa revista a las tropas que le rendían honores, momentos antes del inicio del desfile militar

La llegada de los monarcas a la Plaza de Neptuno de Madrid ha dado inicio a la celebración y ha arrancado del público los primeros aplausos, después de que se anunciara por megafonía su entrada. Fueron recibidos por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cuya entrada en la plaza para asistir a su primera Fiesta Nacional desde que está en La Moncloa también fue anunciada por los altavoces, sin despertar ninguna reacción entre los asistentes.

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Este año no se han escuchado en ningún momento los pitidos y gritos en contra del Gobierno que otros años eran habituales aunque no se avisara de la llegada de las autoridades políticas, y que incluso se producían en los momentos más solemnes, en el homenaje a la bandera y los caídos.

Nada más llegar, el rey, acompañado por el jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante Fernando García Sánchez, y seguido de cerca por el presidente del Gobierno, el ministro de Defensa, Pedro Morenés, la Reina y los Príncipes, ha pasado revista a la formación antes de dirigirse a la tribuna desde donde ha presidido la parada.

Un desfile más corto

Desde la tribuna presidencial han seguido el desfile los Reyes, los Príncipes, el presidente del Gobierno y los miembros de su Gabinete ministerial al completo, a excepción del ministro de Economía, Luis de Guindos, que se encuentra en Tokyo en viaje oficial.

La Infanta Elena ha seguido la parada militar desde una tribuna adjunta en la que se han situado autoridades del Estado. La hija mayor de los Reyes ha permanecido sentada junto al líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, que tenía a su otro lado también al portavoz parlamentario del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, y con quien se le ha podido ver charlando.

Los actos han comenzado con un homenaje a la bandera que este año no ha llegado desde el aire a manos de un especialista de la Patrulla Acrobática del Ejército del Aire, sino a manos de miembros de la Armada, una medida más para ahorrar en los gastos del desfile.

El homenaje ha terminado con una pasada de los aviones de la Patrulla Aguila, que han dibujado en el cielo los colores de la bandera nacional, las únicas aeronaves que han participado en el desfile.

Inmediatamente después ha comenzado la parada, que este año no ha contado con carros de combate ni aviones. Los 2.600 militares que participan en la parada lo han hecho a pie, a excepción de la unidad motorizada de la Guardia Real y los reservistas y veteranos, que lo han hecho en vehículos. Entre ellos había antiguos miembros del regimiento Alcántara 10, recientemente condecorado con la Laureada colectiva de San Fernando, la máxima condecoración militar.

Una vez finalizado, los reyes, los príncipes, el presidente del Gobierno y los ministros han abandonado la tribuna presidencial y han charlado distendidamente durante unos minutos, junto a otras autoridades.

Este año han asistido a la celebración nueve de los 17 presidentes autonómicos. Los presidentes de Cataluña, Andalucía, La Rioja, Cantabria, Baleares País Vasco, Comunidad Valenciana y Galicia habían excusado su presencia.

 
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