Todos los hombres del Prestige

Madrid

No sé si el viejo capitán Mangouras seguirá pilotando algún barco en su isla natal, Icaria, en donde ha vivido estos años desconectado pero cuando el principal acusado del caso Prestige vuelva a Galicia para el comparecer en el juicio, es posible que reconozca en los periódicos a muchos de los gestores de la catástrofe.

El primero de ellos, Mariano Rajoy. Entonces, vicepresidente del gobierno. Aznar le encargó la coordinación del desastre. Antes de salir los hilillos, el fuel se iba a solidificar: "Se piensa que el fuel está aún enfriándose, salen unos pequeños hilillos, cuatro regueros que se han solidificado con aspecto de plastilina en estiramiento vertical".

Mangouras también reconocerá al ministro de Agricultura y Pesca; es el mismo de entonces, Miguel Arias Cañete: "La rápida intervención de las autoridades españolas hace que no temamos una catástrofe ecológica ni grandes problemas en las aguas españolas", dijo en su día.

El viejo capitán del Prestige tiene abogados en España, en Grecia y en Londres, en donde ha encontrado destino el entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, quien sólo veía playas esplendorosas: "Las playas están limpias y esplendorosas, la visión es magnífica, en las rías no ha entrado el chapapote, el marisco está allí extraordinario".

Francisco Álvarez Cascos era, como ministro de Fomento, el máximo responsable de controlar el errático rumbo del petrolero pero, como desveló la SER, andaba de cacerías y esquí mientras el chapapote inundaba las costas: "Han puesto a los redactores de la SER a indagar sobre los hoteles en los que los miembros del gobierno se alojan los fines de semana".

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Durante los primeros días, dos fueron las personas que dieron explicaciones. El entonces delegado del gobierno en Galicia y hoy director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernandez de Mesa: "Hay una cifra clara, y es que la cantidad que se ha vertido no se sabe".

Y también tuvo una gran visión el hoy senador del PP y entonces conselleiro de Pesca de Fraga, Enrique López Veiga: "Hemos añejado el barco y no hay riesgo de marea negra". Fue la peor marea negra de la historia de España.