Detienen al dueño de la discoteca incendiada en Brasil y a dos de los músicos
Los arrestos, provisionales, fueron solicitados por el comisario responsable de investigar el incendio más trágico de Brasil en los últimos cincuenta años
La policía brasileña ha arrestado a uno de los propietarios de la discoteca que se incendió el domingo en la ciudad de Santa María y en la que murieron más de 200 jóvenes, así como a dos de los músicos que actuaban en el momento de la tragedia, según fuentes oficiales citadas por medios locales.
El comisario Marcelo Arigony, titular de la Tercera Comisaría de Policía Civil de Santa María, ha declarado que también fue ordenado el arresto del otro dueño de la discoteca, pero que la detención no se practicó debido a que el empresario es uno de los 112 heridos aún hospitalizados.
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Uno de los detenidos es el empresario Elissandro Spohr, conocido como Kiko y propietario de la discoteca Kiss, cuya licencia de funcionamiento estaba vencida desde agosto del año pasado.
El empresario fue arrestado en la vecina ciudad de Cruz Alta, a donde, según su abogado, había viajado para ser atendido en un hospital con síntomas de intoxicación respiratoria por temor a permanecer en Santa María, ciudad en el interior de Río Grande do Sul, estado del sur de Brasil fronterizo con Argentina y Uruguay.
También fueron arrestados dos integrantes del grupo musical Gurizada Fandangueira, la banda que tocaba en el momento en que comenzó el fuego y a la que se atribuye el origen del incendio. El acordeonista de la banda, Danilo Jaques, murió en el incendio, según informaron ayer sus compañeros.
Según las primeras investigaciones, el incendio comenzó cuando uno de estos integrantes encendió un artefacto pirotécnico cuyas chispas alcanzaron la espuma utilizada como aislante acústico en el techo de todo el establecimiento.
Además del uso de un artefacto no permitido dentro de un establecimiento cerrado, para la tragedia contribuyeron el pánico provocado por la rápida expansión de la humareda y la supuesta decisión de los vigilantes de cerrar las puertas para evitar que el público saliese sin pagar, según los bomberos.
Las llamas, la caída del fluido eléctrico y la humareda generaron pánico entre las personas que estaban en la discoteca y una estampida hacia las puertas, en donde muchos murieron pisoteados. La difícil evacuación y la avalancha de personas corriendo hacia la única salida causaron numerosas muertes por asfixia.