El ministro del Interior pone su cargo a disposición del pueblo egipcio
Tras semanas de fuertes disturbios, un grupo de manifestantes han intentado romper una puerta del Palacio Presidencial en El Cairo
El ministro del Interior egipcio, Mohamed Ibrahim, ha puesto su cargo a disposición del pueblo egipcio a raíz de la creciente ola de violencia que sacude el país tras el segundo aniversario de las revueltas que depusieron al presidente egipcio, Hosni Mubarak.
En un comunicado, Ibrahim sostiene que está listo para oficializar su dimisión si así lo requiere el pueblo egipcio. El titular de Interior reconoce que, cuando aceptó el cargo el pasado mes, era consciente del complicado momento que atravesaba el país.
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Junto al presidente de Egipto, Mohamed Mursi, Ibrahim también ha sido el foco de las críticas de la oposición por la actuación de la Policía en los altercados registrados en las inmediaciones del palacio presidencial. Las cámaras de seguridad captaron la detención de un hombre de 48 años que fue apaleado y desnudado por los policías, lo que ha provocado numerosas denuncias de represión.
De hecho, las protestas han llevado incluso a un grupo de manifestantes a intentar romper una puerta del Palacio Presidencial en El Cairo, un día después de los disturbios registrados en la misma zona y en los que murió una persona. Así lo ha contado la agencia oficial de noticias 'Mena'.
Los manifestantes intentaron arrancar la puerta del palacio de Itihadiya mediante un cable que conectaron a una grúa, afirmó la agencia, que cita a una fuente "responsable" sin identificar. Posteriormente, los guardias del palacio rompieron el cable y persiguieron a los manifestantes para alejarlos de la zona del complejo presidencial.
Desde el viernes pasado, cuando se reiniciaron los disturbios tras las marchas convocadas por la oposición hacia el Palacio Presidencial de la capital y en otras ciudades, al menos una persona murió y otras 113 resultaron heridas, según las últimas cifras difundidas hoy por el Ministerio egipcio de Sanidad.
El Frente de Salvación Nacional (FSN), la principal alianza opositora no islamista, rechazó ayer participar en un diálogo "antes de que cese el derramamiento de sangre", y pidió al Gobierno que asuma sus responsabilidades por los altercados.