Ignacio González y Fernández-Lasquetty concedieron contratos a la empresa Assignia tras el fichaje del exconsejero Lamela

Madrid

Además del exconsejero de Sanidad Manuel Lamela en el consejo de administración de la compañía figura también el amigo personal de Ignacio González, Luis Vicente Moro, a quien el presidente madrileño encargó la creación de un CNI regional durante la crisis del espionaje.

La empresa Assignia no sólo gestiona por concesión pública el hospital del Aranjuez que el propio Manuel Lamela, ahora consejero de la compañía, adjudicó en su etapa al frente de la sanidad madrileña. Su negocio en la Comunidad de Madrid es aún mayor.

Desde la entrada de Manuel Lamela en el consejo de administración de Assignia Infraestructuras, en octubre de 2010, esta empresa y sus filiales han conseguido casi cuatro millones de euros en contratos adjudicados por el Gobierno madrileño. Entre ellos varios adjudicados por la Consejería de Sanidad que dirige Javier Fernández-Lasquetty. La empresa para la que trabaja Lamela se hizo con el un contrato de asistencia técnica del hospital de la Princesa (un procedimiento negociado sin publicidad) y también con el mantenimiento de varios centros de atención primaria.

Assignia también consiguió el mantenimiento de las dependencias e instalaciones del complejo de la Presidencia, de los edificios adscritos a la Vicepresidencia, a la Consejería de Cultura y Deporte y a la Portavocía del Gobierno. Todo hasta 2014. Una adjudicación concedida por el propio Ignacio Gonzalez en marzo del pasado año, cuando todavía era número dos de Esperanza Aguirre. Se da la circunstancia de que además del Manuel Lamela, en el consejo de administración de Assignia figura también el amigo personal de Ignacio Gonzalez, Luis Vicente Moro.

El hombre de confianza

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Luis Vicente Moro, consejero de Assignia desde el año 2011, fue Delegado del Gobierno en Ceuta entre 1998 y 2004, durante el mandato de José María Aznar. Ignacio González y Moro coincidieron durante la etapa en la que González era secretario de Estado de Inmigración del Ministerio del Interior y Moro combatía con mano de hierro la inmigración irregular desde su puesto de Delegado del Gobierno en Ceuta.

Según publicó el diario El País, Moro asesoró en 2008 al vicepresidente madrileño que sopesó la creación de un servicio secreto legal al servicio de la Comunidad durante la crisis del espionaje político en Madrid. Una idea que finalmente no prosperó.