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MÚSICA | LIBROS

La traición del camello de los Rolling Stones

Treinta años después de su primera edición llega a las tiendas traducido <i>Yo fui el camello de Keith Richards</i>, el peculiar retrato de Tony Sánchez

Portada del libro 'Yo fui el camello de Keith RIchards' / CONTRA

Portada del libro &#039;Yo fui el camello de Keith RIchards&#039;

'Spanish Tony', como era conocido, creció en un Londres en el que el hampa controlaba la noche. El joven inglés, hijo de españoles, enseguida se sintió atraído por un mundo que le llevó a conocer a Brian Jones y a muchas otras estrellas de la nueva oleada del rock británico. Unos años después, las mayores celebridades de Londres llamaban a su puerta para pasar un rato en su casa o para pedirle algún favor. A finales de los años setenta, Sánchez era adicto a la heroína, había visto morir a demasiado joven y publicaba un polémico libro sobre sus años al servicio de Keith Richards.

El grupo en el local de ensayo

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Tony Sánchez era un tipo capaz de solucionar cualquier problema o de conseguir cualquier sustancia. Aquellas virtudes llamaron la atención de Keith Richards, que le ofreció un contrato para que se convirtiese en su hombre de confianza. Sánchez era el tipo al que dejaban al cargo del coche después de huir de un accidente o el encargado de llevar heroína a Suiza a la esposa de turno que acababa de dar a luz. Durante años, 'Spanish Tony' disfrutó de ser un Stone más, de vivir rodeado de estrellas, de ser tratado como un igual al que debían favores los grandes nombres de la escena londinense.

Aquella aventura, los mejores años de los Rolling Stones, se fueron diluyendo y aquellos rebeldes revolucionarios se fueron convirtiendo en millonarios caprichosos y aislados. Para finales de la década siguiente, Sánchez era un adicto al cuidado de dos heroinómanos, Keith Richards y su mujer Anita. La situación se hizo insostenible y Sánchez se alejó de Richards y escribió su polémico libro. Su edición, a finales de los setenta, supuso una pequeña revolución al convertirse en la primera revelación de las intimidades de los Stones. En sus páginas se da una privilegiada visión de cómo Jagger y Richards tomaron el control de la banda cuando Brian Jones se sumergió por completo en las drogas y comenta sin tapujos su muerte o la tragedia de Altamont, además de los vicios, aficiones y adicciones del grupo. Aquel libro supuso una inmensa traición para Richards, que sale poco favorecido del relato.

CONTRA

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La confesión de Sánchez llega traducida unos años después de que Richards editase sus propias memorias, un relato bastante más amable de sus años de yonki. En Vida el guitarrista no muestra rencor a su exayudante, aunque niega algunos hechos como el legendario cambio de sangre en Suiza. A pesar de ello, Yo fui el camello de Keith Richards es un relato interesante que da una visión global del grupo más grande del rock en sus años de gloria. Una narración en primera persona que incluye licencias como la transcripción de conversaciones que el autor no presenció, pero que ofrece gran cantidad de detalles de la vida íntima de los músicos.

La edición del libro de Sánchez corre a cargo de la editorial Contra, que descubrió el libro por casualidad. "Es difícil de entender por qué no se ha publicado anteriormente", cuenta Didac Aparicio, responsable de la editorial. Aparicio explica que el libro, a pesar de los años, sigue siendo "fascinante" y "revelador" sobre cómo es la vida íntima de las estrellas del rock.

La vanidad del camello

"Para mí, lo esencial, es la mirada 'desplazada' sobre los Rolling Stones: el hecho de que sea el camello el que controle el punto de vista, es absolutamente fascinante. Pero a diferencia de otros libros que exploran la figura del 'ayudante', del que vio pasar retazos de la gran historia (pienso en Los restos del día, de Ishiguro), Sánchez interviene, reivindica su importancia -no sin cierta vanidad- en el proceso de entronización de los Stones. No solamente porque les proveía de drogas, sobre todo a Richards, sino porque también los cuidaba, los consolaba -a ellos y a sus mujeres-, los sacaba de apuros y situaciones comprometidas y, sobre todo, hablaba con ellos cuando la fama, paradójicamente, convirtió a los Stones en tipos solitarios, sin verdaderas amistades y personas con las que comunicarse", aclara el editor.

Qué movió a Sánchez a escribir el libro es otra historia. Puede que fuese por rencor, por no haber cobrado más ante el tipo de situaciones con las que tuvo que lidiar o quizá todo sea que tenía demasiadas cosas que contar. "También hay algo de vanidad, claro está, poder decir "yo estuve aquí", "yo hice esto"... Pero más allá de lo vanidoso u oportunista del libro para mí sigue siendo más importante la originalidad y pulso del relato, por su punto de vista", aclara Aparicio.

Qué fue de Tony Sánchez es un misterio. La mayoría de voces apuntan que murió en el año 2000. "Otros dicen que está vivo, incluso escribiendo en blogs y firmando como 'Spanish Tony'", explica el editor. "Hubo incluso un productor español que preparaba un documental que intento localizarlo, sin éxito. Hay un cierto halo de misterio alrededor", concluye Aparicio.

 
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