El presidente del BBVA declara ante el juez que "Bankia era el elefante en la habitación"

El presidente del BBVA, Francisco González, sostiene que a pesar de que la contabilidad "es un chicle" los números de Bankia "no eran creíbles", en referencia a los beneficios declarados de 300 millones cuando en realidad registró unas pérdidas de 3.000 en 2011

Los presidentes del Banco Santander, BBVA y Caixa Bank, Emilio Botín, Francisco González e Isidro Fainé respectivamente, han declarado este viernes como testigos en la Audiencia Nacional por el 'caso Bankia', que investiga el proceso de fusión y salida a Bolsa de la entidad. Una unión de siete cajas de ahorro, entre ellas Caja Madrid y Bancaja, que en 2011 declaró unos beneficios de 300 millones cuando registró unas pérdidas de 3.000 y que necesitó un rescate de España y el resto de Europa por 22.424 millones.

Los tres han admitido que el ministro de Economía, Luis de Guindos, les convocó a dos reuniones los días 4 y 6 de mayo de 2012, en presencia de Rato, para analizar la situación de la entidad ante la "enorme preocupación" que suscitaba en los mercados internacionales. Unas reuniones que tuvieron lugar durante los días en que Rato presentó su último plan de capitalización de Bankia, en el que hablaba de unas necesidades de financiación de 7.000 millones, y su dimisión al frente de la entidad el 7 de mayo.

El presidente del BBVA se ha mostrado especialmente crítico con la gestión de Rodrigo Rato. Ha manifestado que Bankia era el principal problema, el "elefante en la habitación" de la economía española frente a los mercados internacionales y ha dicho que ya consideraba "poco creíbles" en marzo de 2012 los beneficios de 300 millones con anuncio incluido de reparto de dividendos por parte de Bankia, debido a la situación de deterioro del sistema en aquellos meses y a sus propios conocimientos. La realidad fue que Bankia registró en 2011 unas pérdidas de 3.000. En este sentido, González ha manifestado que la contabilidad es "como un chicle". El presidente de BBVA ha respaldado la actuación de Luis de Guindos. Ha dicho que era "imprescindible" actuar y ha apoyado la intervención de Bankia, para la que era necesaria una inyección de "20.000 millones o más" como acreditaban "numerosos" bancos de inversión. Las acusaciones le han preguntado por qué cree que Rato insistía tanto en inyectar solo 7.000 millones, a lo que González ha contestado que en su "opinión personal" si era aprobada su tesis, "Rato podía continuar".

Por su parte, Emilio Botín ha sido menos explícito que González sobre el contenido de aquellas reuniones. Ha asegurado que había una gran preocupación por la situación de Bankia y que él era partidario de una "ayuda masiva" e inmediata de 15.000 millones. También ha defendido la actuación de Economía y ha declarado que no era cuestión de plantear en el cónclave la dimisión de Rodrigo Rato porque se encontraba allí.

Y el presidente de Caixa Bank, Isidro Faine, ha sido quien más se ha alineado con las tesis de Rato. Ha aseverado que su plan era "coherente" dentro de una situación "muy compleja". Fainé ha afirmado que en ningún momento le sorprendió que no estuviera en ninguna de las dos reuniones el entonces gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, quien no fue convocado a ninguna de las dos reuniones.

Decenas de afectados por las preferentes de Bankia han protestado a la salida de la Audiencia Nacional y han abucheado a los presidentes de las tres entidades bancarias. Emilio Botín les ha dirigido un saludo poco antes de entrar en su vehículo al finalizar su declaración.