Los permisos de armas aumentan un 18,7% en Newtown tras la matanza escolar de 2012

El pasado 14 de diciembre, Adam Lanza, un joven de 20 años, entró en la escuela primaria Sandy Hook, en Newtown, y disparó a todo el que se cruzó en su camino, acabando con la vida de 27 personas, 20 de ellas niños. Es una de las mayores masacres que ha vivido Estados Unidos y, sin embargo, las solicitudes de permiso de armas han aumentado considerablemente, acercándose al 20%.

Tras la matanza el pasado mes de diciembre en la que murieron veinte niños y seis adultos en una escuela de la localidad de Newtown, en EE.UU, las solicitudes de permiso de armas han aumentado un 18,7% en la población, donde en 2013 más de 200 vecinos han recibido nuevas licencias.

Pese a que los familiares de las víctimas y diversos grupos piden leyes que endurezcan el control de las armas de fuego, datos de la Policía publicados este jueves por el diario 'The Wall Street Journal' señalan que sólo en el estado de Connecticut, donde se encuentra Newton, se autorizaron más de 91.000 armas en el último año.

El pasado 14 de diciembre, Adam Lanza, de 20 años, entró en una escuela primaria y mató a 26 personas con varias armas propiedad de su madre, a quién había matado previamente ese mismo día. La matanza, la segunda en número de víctimas mortales de la historia de EEUU, conmocionó a todo el país y reabrió el debate sobre las armas, cuya posesión está recogida y protegida por la Constitución estadounidense.

Pese a que el gobernador de Connecticut, Dannel Malloy, impulsó en febrero un plan para endurecer el control de armas, hasta el 24 de julio se concedieron en el estado 91.098 nuevas licencias, por lo que si sigue esta tendencia, el estado sobrepasará en octubre el total del año pasado.

En Newtown, una localidad de unos 28.000 habitantes, en lo que va de año se han concedido 203 nuevas licencias, un 18,7% más que en todo 2012, cuando se expidieron 171 permisos. Algunas encuestas apuntan que, aunque ha aumentado la venta de armas, ha disminuido el número de propietarios en el país, por lo que la mayor parte de las armas de fuego las compraron personas que ya poseían una.

Así, una encuesta realizada por el Centro de Investigación NORC en la Universidad de Chicago reveló que en 2012, alrededor del 34% de los residentes de EEUU tenían un arma de fuego en su casa, frente al 45% en 1990.

Desde la matanza escolar de Newton, más de 4.000 personas han fallecido por disparos de armas de fuego en EE.UU.