La columna de Almudena Grandes: "Ruleta rusa"
Cada viernes la escritora Almudena Grandes nos obliga a pensar. Viernes, 18 de octubre
El miércoles pasado, con el gobierno norteamericano al borde de la suspensión de pagos, las bolsas alcanzaron máximos espectaculares. Sólo en ese momento, los mercados estuvieron seguros de que republicanos y demócratas pactarían un acuerdo capaz de salvar su economía. En efecto, el Senado hizo público el pacto a las pocas horas. Nunca sabremos en qué recámara estaba la bala que no se disparó.
La ruleta rusa es el juego de moda también en España. Las diferencias entre los barones territoriales del PP, las tensiones dialécticas entre Mas y Rajoy, entre Mas y Durán, entre Durán y Rajoy, las que mantienen y alimentan a su vez González, Bauzá y los demás, con estos y otros jugadores, han convertido la actualidad española en el tambor de un revólver que gira sin cesar, anunciando un disparo siempre inminente y siempre aplazado, que se intercala con los suspiros de alivio imprescindibles para recargar el arma.
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Los líderes de este país empobrecido y angustiado se parecen cada día más a los pistoleros de las viejas películas del oeste, actores achulados, de arrogancia impostada, que balanceaban las caderas con las manos sobre las culatas de sus pistolas. La certeza de que sus movimientos son también coreografía, sus amenazas, bravatas huecas, quizás no inquieten a los mercados, pero revelan un problema tan grave, al menos, como la situación de nuestra economía. Porque un país no es una bandera, ni una marca, ni una frontera.
¿Recuerdan ustedes algún momento en el que se haya hablado más de España, y menos de los españoles?