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¿Por qué en España no triunfan las series extranjeras como las españolas?

La ficción española se impone claramente a las series más premiadas del mundo

Dos personajes para la historia: Antonio Alcántara y Tony Soprano

Madrid

El martes pasado, Cuatro estrenaba la nueva temporada de 'Homeland', una de las series más premiadas y elogiadas de los últimos años, menos de un mes después de su estreno en EEUU. El capítulo inicial de la tercera temporada congregó a 1.316.000 espectadores (6,8% de share). El segundo a 1.248.000 (8,4%). Mientras, Antena 3 se imponía con una modesta serie nacional: 'Vive cantando' que aglutinó a más de 2,5 millones de personas. ¿Por qué en España no termina de cuajar la ficción televisiva internacional de alto nivel?

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En primer lugar, el cine y las series de un país son fiel reflejo de la cultura, las tradiciones, la forma de pensar, la disparidad de opiniones... de los ciudadanos de ese país y, por ende, de sus telespectadores. Es imposible no sentir cercanía con la taberna de 'Los Serrano', con el bar de Tinín en las primeras temporadas de 'Cuéntame', con el de Marcelino en 'Amar en tiempos revueltos'... mucho más que con cualquier pub con música de jazz que veamos en una serie americana. También nos es más sencillo reconocer un hogar español como el piso de Sole en '7 vidas', los viejos pisos de 'Aquí no hay quien viva' o los modernos de 'La que se avecina', la casa de 'Médico de familia' en la que la televisión ocupa un lugar predominante...frente a esos barrios residenciales con casitas de madera ajardinadas y banderas de EEUU en las fachadas que solemos ver en las series americanas o esos edificios de viviendas en zonas industriales grises de Reino Unido.

No sólo hay una identificación con los lugares, sino también con los personajes y con su visión del mundo. Sería impensable que en una ficción alemana existiese un personaje que hiciera apología del nazismo y fuera concebido como uno de los personajes cómicos por excelencia. Eso ocurre en España con Mauricio Colmenero (interpretado por Mariano Peña). Retrógrado, fascista, racista y analfabeto. Así es este personaje que tanta gracia hace a millones de espectadores en nuestro país. Al igual que nuestras series nos muestran algo que no solemos ver demasiado en ficciones como 'Mad Men', 'Los Tudor', 'Breaking Bad'... la abuela made in Spain. Esa abuela ingenua, temerosa, pesada, obsesionada con que sus hijos coman bien, con ir a misa y con hablar de tiempos pasados.

El espectador español se ve reflejado en las series españolas, en su mensaje. Sea de la edad que sea, las series españolas consiguen atrapar a los miembros de la familia cada noche.

Esto es un aspecto fundamental: mientras en España se hacen series pensando en toda la "familia" -algo de lo que se suelen quejar los guionistas españoles, de tener que hacer series que gusten a todos los miembros de la casa-, en Gran Bretaña, EEUU, Francia... se hace una ficción que no tiene complejos a la hora de segmentarse. Es evidente que la serie de zombies 'The Walking dead' difícilmente va a gustar a los abuelos.

Las series españolas, por lo general, se emiten en cadenas generalistas que piden a las productoras una ficción que enganche a la mayoría de sectores de telespectadores. Por eso, cada serie procura tener tramas para adolescentes y para adultos. 'Cuéntame', 'Águila Roja' o 'Los Serrano' son ejemplos muy claros: por un lado, los jóvenes con sus primeros amores, enfados, besos, sexo... por otro, los adultos con problemas económicos que superar, laborales, enfermedades...

La ficción extranjera se maltrata

Pese a la identificación con el producto y pese a que en España cada vez se hacen mejores series -muestra de ello es que cada vez exportamos más-, no podemos de dejar de preguntarnos cómo una serie, como por ejemplo 'Downton Abbey', que en Reino Unido superó los 10 millones de espectadores de promedio en su tercera temporada -y sigue en esos números en la actual cuarta-, en Antena 3 no lograse superar los 2 millones de espectadores en toda la tercera temporada con cuotas de pantalla inferiores al 10%.

'Mad men' es otro ejemplo de serie premiada, elogiada por la crítica, exportada a multitud de países de todo el mundo y que en España terminó perdiéndose a deshora en la madrugada de Cuatro. 'Los Soprano' (en la pequeña pantalla no se ha visto obra de ficción de mayor calidad que esta) vio como su última temporada se emitía en abierto en España a la una y media de la madrugada en La Sexta.

'Dos hombres y medio', la exitosa comedia de CBS, se pasa en España en la sobremesa y también a última hora de la tarde en Neox, mezclando temporadas, sin orden lógico. Simplemente rellenando espacio televisivo. Similar ocurre con otras dos de las mejores comedias televisivas de los últimos años 'The Big bang Theory' y 'Cómo conocí a vuestra madre', en el mismo canal.

¿Por qué las cadenas españolas las programan así? Salvo algún raro caso, la emisión de series extranjeras en España, por muy exitosas que sean, viene acompañada por un maltrato en la programación.

Por un lado no suelen ocupar el prime time. En ocasiones lo hacen, como recientemente 'La Cúpula', que fue el mejor estreno de ficción internacional en 3 años. Su primer capítulo fue visto por más de 4,5 millones de espectadores y un 25,3% de share. Mientras que el segundo anotó un 28,4% de cuota de pantalla y fue seguido por 4.657.000 espectadores.

Las series extranjeras suelen ir a parar al late night, a altas horas de la noche o a canales se segunda fila, pertenecientes a las grandes cadenas. Neox, Divinity, Energy... se han convertido en canales ideales para Atresmedia y Mediaset emitir ficción extranjera mientras que en Antena 3 y Telecinco se apuesta por producto audiovisual español. Cuatro y La Sexta, también pertenecientes a estos grupos, sí que ceden su prime time a la ficción extranjera, pero se trata de canales cuyo share medio es inferior a 6,5%.

Tampoco ayuda que cada semana se emitan de golpe dos capítulos. La menor duración de las series extranjeras -unos 55 minutos- frente a las españolas, hace que las cadenas programen un capítulo tras otro. De tal forma que perderse la serie una semana es perderse dos capítulos completos.

Las series extranjeras, peor promocionadas

La promoción de las series extranjeras se suele reducir a unos cuantos spots en los que se anuncia que tal día, a tal hora, comienza tal serie de éxito mundial.

Por el contrario, cuando se trata de ficción española, las cadenas llevan a cabo -desde meses antes de su estreno- una compleja y completa estrategia de comunicación. Elaboran notas de prensa al arranque de la grabación, invitan a los medios al plató de rodaje, mueven a los actores para que concedan entrevistas... de tal forma que consiguen que los medios especializados no sólo hablen de una serie mientras se emite sino meses antes de su estreno. ¿Cuánto tiempo se llevaba hablando de 'El tiempo entre costuras' antes de su estreno de la semana pasada? ¿Cuántas entrevistas había concedido Adriana Ugarte sobre esta serie sin ni siquiera ver la luz?

Cuando se estrena una serie española o una nueva temporada, el espectador medio ya sabe quién la protagoniza, quiénes son los nuevos fichajes, cuándo se emite...

Todo esto gracias a otra pata de esa gran estrategia de comunicación y promoción por parte de las cadenas. Y es que, cuando van a rodar y/o estrenar una serie, sus actores desfilan por no pocos programas de la cadena. Hasta en los informativos cuelan entrevistas y reportajes a los protagonistas de las series españolas.

¿Les interesa a las cadenas el éxito de las series extranjeras?

Sí. Decir que no le interesa a Cuatro el éxito de 'Mad Men' y que por eso la programa en la madrugada es estúpido. Lo que también es cierto es que las cadenas rentabilizan más el éxito de las series españolas; por tanto, les interesa más el éxito de la ficción nacional.

Una cadena española que emite una serie nacional es dueña de ella -compra los capítulos-. Si esa serie sale de la cadena (va a otra de otro grupo), debe realizar cambios, entre otros el nombre. Terminan convirtiéndose en series diferentes. Lo hemos visto recientemente como 'Amar en tiempos revueltos' que al abandonar La 1 se convirtió en 'Amar es para siempre'. O con 'La que se avecina' y 'Aquí no hay quien viva'.

Sin embargo, cuando una cadena española emite una serie extranjera lo que hace es comprar sus derechos de emisión de cada temporada. Por eso, puede ocurrir como en el caso de 'Lost', que pasó de La 1 a La 2 y terminó en Cuatro. En ocasiones, esas licencias, esos pases tienen un precio muy alto si la serie es de éxito y a las cadenas españolas les sale más rentable apostar por una serie de nuestro país que hacerse con una temporada de otra serie extranjera.

Con el éxito de las series españolas -algo que no ocurre con las extranjeras- las cadenas convierten a sus protagonistas en los mejores embajadores y representantes de la cadena. Imagen de marca. Ver a Mario Casas es ver a Antena 3. Ver a Imanol Arias es ver a TVE. Ver a Resines es ver a Telecinco.

Las cadenas usan a muchos de los actores que protagonizan sus series de éxito para lanzar sus programas o para eventos puntuales de gran importancia. En Telecinco, tres actores de 'La que se avecina' dieron las campanadas de fin de año. En TVE hizo lo propio Imanol Arias.

Con las series españolas y sus protagonistas, las cadenas llenan horas de programación. Un actor entrevistado en el programa de la mañana, otro participando en el concurso de la tarde y una actriz dando una sorpresa en otro programa de la cadena.

¿Alguien se imagina que Jon Hamm -protagonista de Mad Men- vaya a 'Qué tiempo tan feliz' para ser entrevistado por Maria Teresa Campos? ¿Y si Antena 3 compra los derechos de emisión de 'Breaking bad' iría Bryan Cranston a 'El hormiguero' como han ido los actores ya varios actores de 'Galerías Velvet' una serie que aún debe esperar tres meses para estrenarse? ¿Iría Anna Gunn a 'Tu cara me suena'? ¿Ha ido William Petersen -actor que encarna a Grissom en 'CSI'- a 'Pasapalabra' pese al éxito de esta serie extranjera en Telecinco?

Las cadenas españolas tienen mucho más que un episodio cuando emiten una serie española. Les es mucho más rentable y corren muchos menos riesgos.

Las series extranjeras sufren cierto maltrato en comparación con las españolas. Para el espectador es mucho más complicado seguir en televisión una serie de fuera de España. No es de extrañar que crezcan en España los usuarios de plataformas online que ofrecen una mayor oferta de series extranjeras que españolas (Yomvi, Wuaki...). También se venden más los DVDs de las series extranjeras. En la FNAC, no hay ninguna serie española entre las 50 más vendidas. Lo que pone muy a las claras que en España, el que quiere ver ficción extranjera debe moverse porque la oferta televisiva en abierto no es satisfactoria.

Es simplista e interesada la reducción de que en España el telespectador prefiere series españolas simplemente porque son más vistas. Quizá la conclusión no está en el resultado, sino en las causas, en las razones de por qué son más vistas.

Son muchos los factores pues -y habría que analizar caso por caso- que explican el por qué la ficción televisiva española se impone en España cada noche a la mejor ficción televisiva mundial. Y, por supuesto, van más allá de la calidad, el número de espectadores y el presupuesto.

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