Ciudades con circos sin animales
Cataluña será este año la primera comunidad que prohíba la utilización de animales en los espectáculos circenses
Vitoria ha sido la última ciudad de España en aprobar una ordenanza que prohíbe el uso de animales salvajes en sus espectáculos. En todo el país hay más de 180 municipios que han apostado por sacar a las 'fieras' de sus espectáculos. Los partidarios de la prohibición alegan malos tratos a los animales para que aprendan los números, los que se oponen dicen lo contrario y creen que es una tradición que no tiene que perderse.
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Vitoria es la última ciudad que da el paso de prohibir la instalación de circos con animales. Un avance para los animalistas que han conseguido que el debate "animales en los circos sí o no" se cuele en cientos de ayuntamientos. Más de 180 municipios de España ya han seguido el ejemplo de la capital de Álava. La vicealcaldesa de Fuenlabrada asegura que desde que ellos decidieron aprobar una moción de este tipo son muchos los consistorios que se han interesado por copiar la iniciativa.
En defensa de lo que consideran una tradición Nacho Pedrera del 'Club Animador Sí al Circo con Animales' asegura que gracias a ellos se cumple una labor de mantenimiento de muchas especies. Asegura que no se han demostrado casos en los que haya violencia hacia los animales. "Pasan muchas inspecciones del Seprona, incluso semanalmente". Pedrera asegura que los números como el salto de los leones a través de aros de fuego, o las acrobacias de los elefantes no se aprenden a base de golpes. "Se sigue el método del premio con comida, las fieras saben que si lo hacen obtienen una recompensa", asegura.
Desde Igualdad Animal denuncian también las condiciones de vida impuestas por los constantes viajes de los animales. Javier Moreno asegura que los animales sufren estrés porque no pueden desarrollarse en el espacio necesario. "Cuando ya no son capaces de hacer los números que les exigen y pierden capacidades las diferentes especies se venden y no se vela por su seguridad", afirma. Los profesionales en cambio aseguran que no hay abusos y que el cuidado es máximo y que los animales están "niquelados".
