Una cola ante un stand de zumos actúa como reclamo de las bondades de las Islas Canarias. Los visitantes esperan su turno para saborear un néctar elaborado a base de piña y de plátano, el de las motitas. La conquista del mercado teutón a través del paladar es una buena estrategia porque los alemanes valoran la oferta gastronómica y demuestran que esta ya no necesita presentarse como un complemento dentro de la oferta turística, sino que funciona por sí sola. Un argumento que ha quedado patente desde el primer día en la Feria de Turismo de Berlín (ITB), la más grande del mundo. Allí se dan cita, hasta este domingo, expositores procedentes de las 17 comunidades autónomas españolas que buscan atraer al turista alemán también a través de la mesa y el mantel. «La gastronomía es muy fácil de vender y la de Bilbao te lo pone muy fácil porque los bares funcionan como reclamo, te lo ponen ahí», señala a la Cadena SER la responsable de Marketing de Vizcaya. En su stand, además de una imagen gigante del Guggenheim, encontramos folletos en los que aparecen fotos de pintxos y trípticos que promocionan el txakoli, otra de las grandes bazas con las que cuenta el País Vasco para convencer al público germano.«Tenemos un txakoli para quitarse la boina», dice mientras recuerda que Parker, el gurú mundial del vino, ha otorgado hasta 94 puntos a uno de estos caldos. Y es que los alemanes, además de beber mucha cerveza, son grandes consumidores de vino y les interesa todo lo relacionado con su cultura, como nos confirma Albert Bosque, de Turismo de Castilla y León, una comunidad que no arrastra tanto potencial turístico en Alemania pero que poco a poco va resultando atractivo para el público germano. «Les gusta participar en fiestas de la vendimia, ir a la bodega, no es un turismo de masas pero cada vez va creciendo más, comprenden que la cultura del vino en Castilla León es una religión», señala. También sienten interés por los asados, el lechazo, el cochinillo o el cocido maragato, conocedores de que en España se puede comer muy bien sin necesidad de rascarse demasiado el bolsillo. En general, los alemanes conocen la oferta gastronómica española, como indica Madeleine Glaser, técnica del área de Ferias de Turismo de Galicia. «Saben que hay marisco, pulpo, pescado, vinos y lo saben porque repiten destino o porque alguien se lo ha recomendado». Por eso no sería de extrañar que este verano los alemanes que aterricen en Ibiza pidan butifarra con pan de algarroba y mermelada de la isla, uno de los platos que se han presentado en la feria berlinesa. En la primera jornada, el chef ibicenco José Miguel Boned ofreció una degustación de productos de la tierra para resaltar el valor de la gastronomía como producto turístico. «Recuperamos la autenticidad de nuestra gastronomía a través de la miel, el vino o el aceite que se produce en la isla», destaca Carmen Ferrer, consellera de Turismo de Ibiza. A la capital alemana han traído la Ruta Sabors, una guía de restaurantes que, independientemente del tipo de cocina que hace, utiliza productos autóctonos en sus menús. La intención, reconoce, es descubrir otras facetas de la isla que todavía son desconocidas porque Ibiza es algo más que un destino de playa y de ocio nocturno. Más recetas y noticias gastronómicas | Gastro, en Facebook | @GastroSER, en Twitter | Opinión gastronómica, en Tinta de Calamar | Blog de Recetas