"Aquello no era un hospital, allí no hay nada"

Galo Sánchez, el teniente coronel encargado del dispositivo militar para repatriar al religioso infectado de ébola, critica las malas condiciones del hospital en el que Miguel Pajares estaba ingresado, que complicaban sus condiciones de salud. También se queja el militar Sánchez de las dificultades burocráticas que Liberia puso al dispositivo.

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A las 18:30 aterrizaba el avión de la fuerza aérea en Monrovia con un operativo a bordo coordinado por el teniente coronel galo Sánchez. Inmediatamente, los tres miembros del equipo médico se ponen el traje que evitará el contagio y un convoy les lleva al lugar donde se encuentran el sacerdote y la religiosa que van repatriar. "El aeropuerto está completamente abandonado, sólo hay dos o tres aviones entre las chabolas", reconocía el teniente general a la Cadena SER.

El equipo se queda desde el primer momento impresionado por las condiciones del hospital y el estado del sacerdote. Ningún médico les da parte de la situación. "Allí no hay nada de nada, una habitación en la que estaba el religioso y la monja. Con fiebre, desorientado, se había orinado... Estaba en muy mala situación", destaca el teniente.

"No nos dejaban meter a los infectados en el aeropuerto antes de las 22 horas de la noche", reconoce, haciendo una crítica del sistema burocrático del país africano.

Para el Ejército del Aire, acostumbrado a repatriar heridos y recoger rehenes liberados, esta operación no tenía precedentes hasta el momento.

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