La OMS advierte de que no habrá vacunas contra el ébola hasta enero del 2015
La OMS ha advertido de que, en cualquier caso, no será una campaña de vacunación masiva debido a la limitada cantidad de medicación disponible
Qué es, cómo se contagia, cómo opera, cómo se forma a los expertos sanitarios y cómo deben vestirse y operar. Luis Encinas, experto de MSF, explica todas las claves de la enfermedad. / MSF
Las primeras vacunas contra el ébola, salvo sorpresa de última hora, no llegarán al menos hasta enero del 2015 cuando empezarán a probarse en los países afectados por la enfermedad en África occidental, según la información facilitada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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Esta institución está colaborando "intensamente" con las farmacéuticas y los reguladores al objeto de acelerar en lo posible la aplicación de una gama de posibles tratamientos para combatir este mal, según han confirmado fuentes de la Asociación Española de Vacunología. La OMS ha advertido de que, en cualquier caso, no será una campaña de vacunación masiva debido a la limitada cantidad de medicación disponible.
La reunión de los expertos de esta organización el pasado 5 de septiembre impulsó el desarrollo prioritario de dos vacunas: la del adenovirus tipo 3 del chimpancé y la de la estomatitis vesicular. Ninguna de ellas se ha ensayado todavía en seres humanos para intentar frenar el ébola pero la primera, ChAd3, sí ha sido utilizada con otras enfermedades y es aparentemente segura.
Los estudios para aplicarlas están ya en marcha en los EEUU y en breve comenzarán también en Europa y África, por lo que los especialistas esperan los primeros resultados sobre seguridad este próximo mes de noviembre.
Hasta ahora, el virus carece de tratamiento específico o vacuna eficaz pese a causar más de tres millares de muertos (3.338 según el último recuento de la OMS a 1 de octubre, en lo que los científicos consideran "el brote más mortífero" de su historia) en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Nigeria y, en las últimas semanas, también en España y Estados Unidos.
El contagio de Teresa Romero ha supuesto otra vuelta de tuerca a las presiones sobre la industria farmacéutica para encontrar una cura, ya que la auxiliar de enfermería madrileña fue la primera persona contagiada fuera del continente africano. Prueba de la urgencia que preside las investigaciones científicas es que el pasado 12 de agosto la OMS aprobó de manera extraordinaria el uso de tratamientos experimentales en las víctimas de esta dolencia.
De los fármacos administrados hasta ahora a seres humanos, el primero fue el denominado ZMapp, de la compañía Mapp Pharmaceuticals (EEUU), que sigue analizando su eficacia real para plantearse a continuación el reto de su producción en grandes cantidades con un comprador que lo financie.
Este suero fue aplicado con éxito en el caso de dos cooperantes norteamericanos contagiados en Liberia, Kent Brantly y Nancy Writebol, pero no pudo salvar la vida del sacerdote español Miguel Pajares, infectado en el mismo país.
Otro medicamento que ha despertado esperanzas es el TKM-Ébola, de la compañía Tekmira (Canadá), que recibió financiación del Departamento de Defensa de EE.UU. para su desarrollo y asegura haber completado una primera fase de pruebas clínicas "con éxito". La Agencia de Salud Pública de Canadá, mientras, ha desarrollado una vacuna experimental, la VSV-EBOV, que ofrece resultados "prometedores" en animales aunque falta por ver la reacción en humanos. Existen varias vacunas más en desarrollo, como una variante de la de la rabia impulsada por los Institutos Nacionales de Salud estadounidenses (NIH) y la Universidad Thomas Jefferson.
El director del Centro Jefferson de Vacunación y profesor de inmunología y microbiología de esta universidad, Matthias Schnell, aseguraba recientemente que la mejor manera de terminar con esta epidemia es precisamente la vacuna, aunque defiende las terapias basadas en anticuerpos para tratar a los pacientes ya contagiados.
Otro firme defensor de la vacunación es el director de este departamento en la OMS, Jean-Marie Okwo Bélé, quien ha expresado su confianza en que la aplicación de "procesos de urgencia" permita disponer del producto para el año próximo. Su proyecto favorito es el de la empresa británica GSK, ya que las pruebas con animales han obtenido "resultados excelentes".