Templeton se pasa a la polka...a la de hojaldre

La única cofradía del Hojaldre que hay en España está en Torrelavega. Allí la estrella del lugar son las polkas, que nada tienen que ver con acordeones ni con ningún grupo radical. De apariencia similar a las corbatas de Unquera, las polkas son el postre más típico de Torrelavega: "No sé por qué pero allí el hojaldre está especialmente rico, igual tiene que ver con la humedad que hay en Cantabria", se pregunta Santi. La principal diferencia con las corbatas está en el tamaño: las polkas son más pequeñas. Un dato que nos tranquiliza tras saber que, cuando a Juan Echanove le hicieron cofrade del Hojaldre, se comió una caja entera.

Para Santi, las polkas de Torrelavega ganan a las corbatas de Unquera, especialmente si son de la Confitería Santos: "Yo de pequeño era muy amigo del hijo de los dueños y jugaba con él en la Plaza Mayor. De vez en cuando entraba en el obrador y podía degustar alguna de esas maravillas", cuenta con una sonrisa de satisfacción. Pero para sonrisa, la que se le pintó a su hermano comiendo un día en El Puerto de Santa María: "Fue a un restaurante muy bueno que se llama El Faro y a la hora de pedir los postres el camarero le dijo que tenía una tarta de hojaldre excelente. Mi hermano dijo que sería buena pero que no tan buena como la de su pueblo. "¿De qué pueblo es usted?", preguntó el camarero. "De Torrelavega", contestó él. "Pues de allí viene". Era la famosa tarta de hojaldre de la Confitería Santos.

En cualquier caso, conviene no tomar mucho aperitivo si hay previsión de comer cocido montañés. "Yo casi siempre lo he comido en pueblos de Cantabria. Cuando era pequeño solía ir con mi familia a Pámanes, un pueblo pequeñito muy bonito", recuerda Santi. Pero si lo que queremos es comida menos tradicional, hay que volver a Torrelavega. Allí Pablo Z, el bajista de Templeton, tiene una hamburguesería: "El Musli es un lugar muy chulo con hamburguesas gourmet y cocteles muy ricos", se relame Santi. Ahora el grupo se reúne allí siempre que van a casa.

"Yo creo que en Cantabria hay una gastronomía de un nivel muy alto porque tenemos muy buena materia prima. Tenemos la suerte de tener el Mar Cantábrico, del que extraemos unos pescados alucinantes, y también unos pastos muy buenos", concluye Santi. Buena materia prima, como la de la música de Templeton.