Nagasaki, el devastador final de la II Guerra Mundial
Se cumplen 70 años de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki
Nagasaki es el nombre que nos viene a la cabeza al decir Hiroshima. Nagasaki es quizá la más olvidada de las dos ciudades japonesas arrasadas por una bomba atómica, en el verano de 1945. El 6 de agosto Estados Unidos había lanzado la primera bomba sobre Hiroshima. Los norteamericanos esperaban una rendición inmediata de Japón, que pondría fin a la Segunda Guerra Mundial. Pero el gobierno nipón guardó silencio y la historia se repitió tres días después.
El 9 de agosto, el presidente Harry S. Truman ordenó el segundo ataque. Su objetivo inicial era la ciudad de Korura, pero se cambió por la falta de visibilidad de los aviones. En cuestión de segundos, Nagasaki quedó arrasada. La bola de fuego de más de un millón de grados centígrados, causada por la bomba atómica y que llevaba el nombre de 'Fatman', acabó con la vida de más de 50.000 personas e hirió a más de 30.000.
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El 15 agosto, Japón -entonces sí- capitulaba y el emperador Hirohito anuciaba la rendición de su país. Truman siempre justificó el lanzamiento de estas dos bombas atómicas, convencido de que tomó la decisión correcta para terminar con la contienda. Y sí: la desolación, la ruina, el horror y el sufrimiento en Nagasaki e Hiroshima pusieron fin a la Segunda Guerra Mundial.