Francia muestra los archivos secretos del espionaje y contraspionaje en la Segunda Guerra Mundial
Documentos de la Gestapo y su red en España, de la resistencia y celebridades
París
Setenta y un años después del final de la Segunda Guerra Mundial el Ministerio de Defensa francés ha abierto uno de los tesoros mejor guardados del Estado francés: los archivos de espionaje y contraespionaje franceses y alemanes (Gestapo y Abwehr ) y sus redes en otros países, como España.
"Los archivos han estado dormidos durante décadas porque no teníamos las claves para descifrarlos", explicó a la prensa Frédéric Quéguineur, historiador del Ministerio de Defensa. Entre las carpetas exhibidas a la prensa en el Château de Vincennes están las de la célebre modista que trabajó como espía alemana Coco Chanel, el expediente que elaboró la Gestapo (policía secreta de los nazis) sobre el actor Yves Montand, pero también los interrogatorios de criminales de guerra como Klaus Barbie Altmann, más conocido como el carnicero de Lyon.
La estrecha colaboración de la Gestapo con el régimen de Franco
Los documentos ahora desclasificados sobre la resistencia, la Gestapo, servicios secretos franceses y el contraespionaje alemán (Abwehr) que podrán ser consultados por los investigadores ocupan alineados más de 500 metros. Se podrán consultar los detalles de la estrecha colaboración de la policía secreta alemana con el régimen de Franco. "Hay mucha documentación que afecta a España , los servicios de la Gestapo, del Reich, trabajaban e intercambian información con los de Franco, claramente. La Gestapo tenía además una red de agentes más o menos clandestinos en España", señala a la Cadena SER Tomas Fontaine, historiador del archivo de Defensa.
"Al tiempo, en París la Gestapo coordinaba y valoraba la información llegada desde España ", agrega Fontaine, quien indica que entre los archivos de Vincennes están fotos de un viaje que realiza a Madrid durante la Guerra el jefe de la Gestapo en París, Helmut Knochen, condenado dos veces a muerte tras la guerra (por un tribunal británico y luego por uno francés) e indultado y liberado en 1962 por el presidente De Gaulle.
Por el momento solo la mitad del fondo está descifrado y abierto a la investigación, "pero esperamos progresivamente poder ponerlo todo a disposición de los historiadores".
La dificultad para descifrar los documentos residen en que la Dirección General de Información Exterior (DGSE) – por temor a que la información pasara a otros países- los había mezclado y registrado con claves indescifrables para los documentalistas. La ironía es que la DGSE los había ocultados durante décadas en el sótano del propio castillo de Vincennes, ante las propias narices de los investigadores, explicó Quéguineur.
Pese a que es un tesoro para los estudiosos, que nadie se haga ilusiones, el Estado francés mantiene algunos documentos "clasificados" no sólo 25 ó 50 años, sino hasta 100, precisó la jefa del Centro de documentación de la Defensa, Hélène Servant. Si los viajes de Coco Chanel por España con sus amantes no suponen ningún secreto de Estado, otros documentos que prueban la colaboración de reputadas personalidades francesas con los ocupantes alemanes son más delicados.
Entre los documentos se pueden ver cómo la Gestapo no tuvo que empezar de cero cuando los nazis invaden Francia en 1940. Algunos "amigos" franceses les ayudaron ya años antes en la localización y registro de judíos, comprometidos católicos, socialdemócratas y sobre todo comunistas, gentes muy valiosas para los ocupantes alemanes.