Luis de Guindos, el "mediador" con Bruselas

Madrid

Se le calificó en su día como uno de los perfiles más tecnócratas del nuevo ejecutivo. Entró con cierta estela de polémica por su anterior responsabilidad en Lehman Brothers, uno de los gigantes financieros que provocó la grave crisis económica de 2008. Pero, paradójicamente, le tocó lidiar desde el gobierno con las graves consecuencias que tuvo para España ese "crack" financiero mundial. Desde el principio, se propuso 'embridar' el 'desbocado' público y reformar un sector financiero asfixiado, principalmente, por la deuda inmobiliaria.

Fue uno de los tres ministros independientes que entraron en el gobierno de Rajoy en el año 2011 y su interlocución directa con el presidente del gobierno le ha salvado de sus 'enfrentamientos soterrados' con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. En estos años, ha procurado orillar todas las polémicas del pp, sobre todo los escándalos de corrupción. Sin embargo, a él se le atribuye la mala gestión del nombramiento frustrado del ex ministro Soria como director ejecutivo del Banco Mundial.

La preocupante situación de los bancos en 2011 le llevó a declarar al Financial Times que el sector financiero necesitaba una gran recapitalización y así fue. Con la prima de riesgo en sus máximos históricos, más de 640 puntos básicos en julio de 2012, solicitó una 'ayuda financiera' de más de 40.000 millones de euros a las autoridades europeas que incluyó fuertes medidas de austeridad en la política económica española. Se le ha criticado en diversas ocasiones que saneara el sistema financiero sin consenso con la banca, a la que exigió unas fuertes provisiones económicas para hacer frente a la deuda generada por el ladrillo. Frente a ello, De Guindos ha declarado más de una vez que "no hay recuperación económica sin un sector bancario saneado y que, de no ser por esta iniciativa, España hubiera acabado rescatada".

Otro campo de batalla ha sido la lucha contra el fraude fiscal. Puso en marcha dos planes contra este tipo de irregularidades, uno en el ámbito laboral y otro para acotar la economía sumergida. La presión social contra los desahucios le llevó a aprobar un plan de urgencia para sacar del apuro a los colectivos más vulnerables. Se estableció una prorroga de dos años y la constitución de un fondo social de viviendas.

Su principal caballo de batalla ha sido el control del déficit público que le ha llevado a emplearse a fondo con Bruselas para frenar la multa de más de 2.000 millones que amenazaba a España el pasado mes de agosto y el bloqueo de los fondos estructurales.

Guindos se despide de la legislatura con cifras de crecimiento económico del 3%, por encima de la media europea, aunque en estos días es aún más optimista y sitúa el crecimiento para 2017 en el 3,5% del PIB. Bien es cierto que a este crecimiento han contribuido también los llamados "vientos de cola": el petróleo, el euro y la política monetaria expansiva del Banco Central Europeo.