Fillon y Juppé se juegan la batalla decisiva en las urnas
Esta cita confirmará si Fillon revalida su ventaja o si Juppé da una sorpresa y, pese a los sondeos de las intenciones de voto, se hace con la victoria
París
Los ex primeros ministros franceses François Fillon y Alain Juppé disputan este domingo la batalla definitiva en las urnas, de las que saldrá el candidato de la derecha al Elíseo y un aspirante con muchas posibilidades para hacerse con la presidencia de Francia en 2017.
La primera ronda de las primarias del centro-derecha colocaron a Fillon el pasado domingo en cabeza de carrera tras haber logrado el 44,1 % de los votos frente al 28,6 % de Juppé y al 20,7 % del expresidente Nicolas Sarkozy, que con ese porcentaje se sumó a los otros cuatro derrotados.
Esta cita confirmará si Fillon revalida esa ventaja o si Juppé da una sorpresa y, pese a los sondeos que le atribuyen solamente el 39 % de las intenciones de voto, se hace con la victoria.
La importancia de lo que está en juego hizo que esta última semana estuviera marcada por la tensión entre los dos finalistas, con acusaciones de juego sucio y un llamamiento firmado por 215 parlamentarios a favor de Fillon, en el que pidieron rebajar el tono y ponerse a la altura de las expectativas de los ciudadanos.
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Un debate cara a cara el pasado jueves y sendos mítines durante el viernes, en París el de Fillon y en Nancy (noreste) el de Juppé, pusieron fin a la campaña, con un seguimiento masivo en ambos casos.
En la primera ronda acudieron a votar 4,27 millones de franceses. Es difícil calcular la participación en esta segunda, porque todos los mayores de 18 años pueden pronunciarse, a condición de pagar una contribución de dos euros y firmar una carta de adhesión a los valores de la derecha y del centro.
Esa amplia participación en la primera vuelta, por encima de los 2,6 millones de las primarias de la izquierda en 2011, junto al discreto resultado de Juppé y al triunfo de Fillon, hasta entonces visto como el tercer candidato en liza, marcaron ese primer escrutinio.
Una de las grandes incógnitas reside en la movilización que pueda haber por parte de los electores de izquierda o de ultraderecha que decidan pasar por ese trámite.
El diario Le Figaro recordaba que el pasado domingo votaron unos 600.000 simpatizantes de izquierdas, el 15 % del total de votantes, y otros 300.000 seguidores del Frente Nacional (FN), pero la ausencia de Sarkozy en esta segunda ocasión podría reducir la concurrencia de militantes no conservadores.
En total, 10.228 centros de voto van a ser abiertos en la Francia continental y Córcega desde las 08.00 hora local (07.00 GMT) hasta las 19.00 (18.00 GMT), y los organizadores esperan tener los primeros resultados provisionales, gestionados por una autoridad independiente, dos horas después del cierre.
La primera ronda se desarrolló sin incidentes y el centro-derecha confía en poner el broche de la misma manera, cuatro años después de que la elección del presidente del partido UMP, actual Los Republicanos, se cerrara con acusaciones de fraude entre Fillon y el otro candidato, Jean-François Copé.
Los electores deben ahora optar por un programa muy liberal en lo económico y conservador en lo moral, el de Fillon, y otro más moderado, el de Juppé, que según su contrincante es insuficiente para transformar de forma profunda el país.
Fillon prefiere no cantar victoria de momento, pese a tener la balanza a su favor: "Nada está conseguido. No doy más crédito a los que me ven ganador que a los que me veían vencido hace tres semanas. Simplemente, creo en mi proyecto", señaló en su mitin de ayer.
Juppé también confía en su suerte, al menos públicamente. Y uno y otro no esconden que su foco está puesto en las presidenciales de abril y mayo de 2017, en las que las encuestas coinciden en que el sucesor del socialista François Hollande será el representante de esa formación política.
"Esta segunda vuelta es en verdad la primera de las presidenciales. Yo os puedo conducir a la victoria", dijo ayer Juppé, dispuesto a librar el combate hasta el final.