Ocio y cultura
CRÓNICA

James Rhodes, un concierto de piano en vaqueros y sin pelos en la lengua

El pianista londinense demuestra en el festival Inverfest que la música clásica es accesible a todos

El pianista británico James Rhodes / Marcial Guillén EFE

Madrid

James Rhodes quiere que la música clásica pierda la rigidez que le está alejando del público o, como él mismo dice en su libro Instrumental, "liberar la música de la tiranía de los imbéciles". El teatro Circo Price de Madrid colgó este domingo el cartel de no hay entradas y entre el público había mucho treinteañero que a lo mejor iba por primera vez a un concierto de piano. Alguno incluso entró en la sala con una litrona. El concierto debía empezar a las 17:30 pero Rhodes salió al escenario diez minutos después con una sudadera que ponía Chopin y vaqueros. Sus primeras palabras fueron "Fuck brexit" y "really, really fuck Trump". Todavía no se había sentado junto al piano de cola y ya había dejado claro que su concierto no respondería a ninguna de las convenciones de este tipo de recitales.

Comenzó a tocar el Preludio número 1 en C Mayor de Bach y la timidez que se advertía en sus primeras palabras desapareció. Se fundió con el piano y, en la oscuridad de la sala, la música lo iluminaba todo. La fragilidad con la que tocaba las teclas contrastaba con los momentos de máxima intensidad en los que las notas retumbaban. Después de cada pieza, Rhodes se ponía las gafas y cogía el micrófono para introducir la siguiente.

El pianista británico James Rhodes, durante uno de sus monólogos / Marcial Guillén

Con mucho sentido del humor intercalaba historias personales con las biografías de los autores: cómo Bach le salvó la vida y le hacía "escapar" en los momentos malos, que Chopin –al que considera el mejor compositor de todos- murió a los 40 años, las similitudes entre Beethoven y Goya, dos artistas que murieron deprimidos y completamente sordos. Su revolución no está en la música que toca, de hecho su repertorio es bastante clásico, sino en su puesta en escena, en su esfuerzo por difundir y acercar la música a todos.

Como a una estrella de rock, el público le reclama varias veces y toca cuatro bises. Advierte de que por desgracia, tiene que coger un avión: "Es de Easyjet y, ya sabéis, no esperan". Aun así, tras el concierto se queda un rato firmando libros y discos. Ya conocemos los abusos sexuales que sufrió de pequeño y las consecuencias que tuvieron en su vida. Ahora, conozcamos al músico. Técnicamente no será perfecto pero su revolución es otra.

Elisa Muñoz

Elisa Muñoz

Periodista en Cadena SER desde 2008. Primero en programas como 'La Ventana', 'Hoy por Hoy Madrid' o...

 
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