Álvaro Bilbao: "Es injusto obligar a los padres a elegir colecho o método Estivill"
El neuropsicólogo publica 'Todos a la cama', una guía sobre estrategias para ayudar a dormir a niños y bebés
Madrid
La escena se repite cada noche. Llega la hora de dormir, pero nadie pega un ojo. Puede ser un recién nacido o tener ya dos años. Todos tienen sus recetas y nadie se pone de acuerdo. "El tema del sueño en los niños preocupa a los padres porque hay una realidad que debemos asumir; los niños y los padres tienen ritmos distintos en lo que al sueño se refiere. Sin embargo, poco a poco se van sincronizando. El niño no es el enemigo. Simplemente debemos ser inteligentes e introducir poco a poco hábitos y estrategias que ayuden a que los ritmos de los adultos y los bebés se sincronicen". Las palabras son del neuropsicólogo Álvaro Bilbao. Acaba de publicar el libro Todos a la cama, una suerte de recetas y estrategias varias alejadas del sectarismo y sin pretensiones de ser la nueva biblia del sueño de los bebés.
A los bebés no se les duerme
Dormir no se consigue con una técnica mágica. No se puede hacer con solo dar un chasquido. A los hijos se les puede calmar y dar confianza para que lo consigan. No podemos hacer las cosas por ellos. Sí crear un ambiente y tener actitud vital favorable. Se aprende más de lo se ve que de lo que se escucha. Éstas son las bases que recorren las 264 páginas de un libro donde el sentido común está muy presente y se recuerda al fallecido Carles Capdevilla, un gran divulgador que defendía éste, el común, como uno de los sentido básicos en la crianza y la educación. Capdevilla decía que el bebé humano es un portento de la naturaleza porque durmiendo una media de dieciocho horas diarias, es capaz de conseguir que sus padres apenas duerman tres o cuatro.
En 1985, el pediatra estadounidense Richard Ferber publicó el libro Solucione los problemas de sueño de su hijo. Su método se puso pronto de moda. Consiste en dejar solo al niño en la cuna, por períodos cada vez más largos, en general llorando desconsoladamente y sin contacto con los padres. Un método del que bebe directamente Eduard Estivill. Duérmete, niño es un bestseller que lleva más de tres millones de libros vendidos y ha sido traducido a 22 idiomas desde su publicación en 2003.
"El método Estivill y todas sus variantes pecan de no pensar en los sentimientos del niño. Los niños necesitan sentir que sus padres responden, necesitan sentirles cerca y necesitan tener la confianza de que sus llantos serán atendidos. Además de eso, distintos estudios demuestran que los niños que aprenden a dormir con otras estrategias tienen menores niveles de la hormona del estrés en sangre y que se vuelven más colaborativos", explica Álvaro Bilbao que también aclara que no hay estudios que demuestren que este sistema provoque daños neurológicos.
"Creo que lo más importante es que los padres entiendan que sus hijos les necesitan, que no hay nada de malo en tomarlos en brazos y que pueden ayudarlos a ir aprendiendo a dormirse con un poco de ayuda y mucho cariño". Los ingredientes que plantea Álvaro para elaborar la receta del sueño de los bebés son: un poco de teoría, una buena ración de flexibilidad, paciencia, amor y algo de práctica por parte de ambos.
¿Hace falta método para dormir a un bebé?
Los métodos cerrados difícilmente se adaptarán al bebé. No tienen en cuenta la particularidad de cada uno, explica Álvaro en su libro donde defiende estrategias y rituales, que cada familia debe adaptar a las características de su propio hijo. Desde repetir esa caricia que asocia a antes de dormir, hasta una canción o susurro a tiempo hasta elegir el libro adecuado que invite al sosiego. Menciona un clásico de la literatura infantil como ejemplo: Buenas noches, luna de Margaret Wise Brown, publicado en 1947.
Siempre hay un motivo por el que el bebé llora, es un mecanismo básico para liberar el estrés, uno de los pocos que tiene, explica Álvaro que decidió escribir el libro por las consultas de los padres. "Me escribían preocupados, buscando alternativas y solo encontraban dos respuestas que no les satisfacía: o colecho o Estivil. La realidad es que la mayoría de los padres no opta por ninguna de esas dos opciones. Obligar a los padres a elegir entre estas dos alternativas es muy artificial. Es injusto. Además se ha dicho mucho sobre los dos temas que no es cierto, y es importante que los padres tengan perspectivas realistas y equilibradas".
A medida que el niño se hace mayor aparecen las pesadillas, los terrores nocturnos, que no quieran irse a la cama o que se despierten muy temprano. No hay blancos ni negros a la hora de encontrar las soluciones, pero el amor incondicional y alguna estrategia son siempre un buen punto de partida.
Maika Ávila
Periodista y autora de 'Conciliaqué. Del engaño de la conciliación al cambio real'. Ha formado parte...