El obispo de Tarragona se jubila un día después de decir que no ve "graves" los abusos de curas a menores

Madrid

El arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, cumple este viernes 75 años. Una edad clave para los obispos y sacerdotes porque, según establece el Código de Derecho Canónico, es el momento de su jubilación: "Debe presentar su carta de renuncia poniendo a disposición del Santo Padre su cargo", recuerdan desde el Arzobispado de Tarragona, que se esfuerzan en aclarar que su renuncia es "exclusivamente" por razones de edad. "Los Cardenales, por ejemplo, se jubilan a los 80 años", nos explican por teléfono.

Pero da la casualidad que monseñor Jaume Pujol tuvo un día muy duro este miércoles. Tras apartar de sus funciones a los párracos de Arbeca (Lleida) y Constantí (Tarragona), acusados de abusos sexuales a menores, salió en defensa de los sacerdotes de forma contundente: "Han podido tener sus errores y han podido tener sus faltas, pero no son tan graves como para poder decir que tienen que ser secularizados, de ninguna forma". De hecho, se llegaba a preguntar si acaso "¿no hay un mal momento en un sacerdote?" y, tras afirmar que el Arzobispado se había portado bien con las familias afectadas, aclaró que, para él: "No son unos desgraciados".

 Tras la avalancha de críticas, horas más tarde el obispo matizaba sus palabras: "Deseo aclarar que cualquier actuación de este tipo, impropia de nadie y aun más de un presbítero, me parece gravísima". Una aclaración que casi nadie oyó porque resonaban más altas las otras.