Romeva se suma a la estrategia de Junqueras: "Soy un preso político"
El exconseller de exteriores sólo contesta a preguntas de su abogado
Romeva ha empezado su intevención denuciando que "este es un juicio político"
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Madrid
"Considero que este es un juicio político". El exconseller de Exteriores, Raül Romeva, no ha necesitado ni un minuto para sumarse a la estrategia de Oriol Junqueras, con quien comparte abogado, y se ha lanzado a denunciar el proceso judicial que hay contra él contestando sólo a preguntas de su abogado, Andreu van den Eynde. "Hoy justo hace un año que estoy en prisión y por tanto me considero un preso político", ha dicho.
Con un discurso muy similar al del exvicepresidente, Romeva ha llegado a afirmar que "me defino como un demócrata, republicano y europeísta. Y siguiendo la lógica que comparto de Oriol Junqueras, circunstancialmente estoy independentista". Junqueras, durante su declaración la semana pasada, usó esa misma frase para describir su ideología política. Ha finalizado su declaración defendiendo no haberse fugado y dirigiéndose directamente al tribunal: "Si estamos aquí es que los que tenían que haber hecho política no lo hicieron. Les pido que no asuman esta responsabilidad. Devuelvan la carpeta".
Romeva, como hacen varios acusados en sus escritos de defensa, ha afirmado que "ningún tratado internacional" niega el derecho de autodeterminación, y ha asegurado que "todas las veces que me he presentado a las elecciones los programas electorales han contemplado el derecho a la autodeterminación como un objetivo legal y legítimo, siempre he defendido este principio".
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Para Romeva, además, "cualquier observador más o menos atento es consciente de que el punto de inicio, de inflexión, no es 2012 sino 2010", apuntando a la sentencia del Tribunal Constitucional que tumbó parte del Estatut de autonomía. Como otros imputados, ha rechazado el uso de la violencia: "No es sólo por ideología, también por claro pragmatismo. Es mucho más probable conseguir el objetivo legítimo usando mecanismos no violentos que usando mecanismos violentos", ha dicho.
Rebelión y malversación
La Fiscalía pide 16 años de cárcel para Raül Romeva, exconseller de Exteriores, acusándole de encabezar la estrategia de internacionalización del procés independentista gastando dinero público, por ejemplo, en invitar a europarlamentarios al Parlament o en pagar a los denominados observadores internacionales para legitimar el referéndum ilegal del 1 de octubre.
La fiscalía destaca en este punto las Delegaciones de la Generalitat en el exterior y la campaña internacional de imagen a través del DIPLOCAT que actuaba como "cuerpo diplomático paralelo al estatal, y como herramienta privilegiada de lobby", la apertura de "páginas web internacionales" y la contratación de "observadores internacionales". Una treintena de diputados y eurodiputados de catorce países (40.591,22 euros gastados y 2.750 comprometidos) y más observadores para legitimar el 1-O (297.004,5 euros gastados y 47.365 comprometidos).
Niega la malversación
Romeva ha reconocido que el DIPLOCAT hizo los desembolsos que cifra la Fiscalía pero niega que respondan a una actividad ilegal y por tanto sean punibles. "No he visto todavía ni una sola acción de nuestro departamento que sea constitutiva de delito, cero", ha dicho.
Romeva también ha querido culpar a la Policía y la Guardia Civil de los disturbios del 1-0: "Yo vi violencia, la que ejercieron los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado lo vi yo y cualquiera que viera las imágenes. Algo que nos va a costar olvidar durante mucho tiempo". Para Romeva es "inconcebible" que se les acuse de promover la violencia en Catalunya.