El presidente del tribunal del juicio al procés, Manuel Marchena, ha dejado claro desde el primer minuto de esta jornada que no permitirá discursos políticos ni por parte de los testigos ni por parte de las defensas o las acusaciones. «No está autorizado a hacer valoraciones políticas a pesar de su condición de diputado», ha dicho a Joan Tardà, el primer testigo. Ha declarado ya Artur Mas, expresident de la Generalitat de Catalunya, que llegó a estar imputado en esta causa. El expresident ha explicado que el procés no paró una vez roto el diálogo con el ejecutivo central: «Explorar todas las vías posibles de acuerdo con las autoridades del Estado central, si alguna era posible, también es verdad que el mandato era muy claro y ante la imposibilidad de dialogar no se decidió parar máquinas, eso es verdad». El expresident, inhabilitado por este mismo Tribunal Supremo por el 9-N, ha explicado que el ejecutivo de Mariano Rajoy se sentó a la mesa con su Govern y el PSOE. «Eran tres, se veían con una cierta regularidad, hablaban entre ellos, lo que decían ellos no comprometía en ningún momento nuestras posiciones, era intentar mantener siempre vivo el hilo del diálogo e identificar posibles soluciones». Esas reuniones no condicionaban las decisiones de los líderes políticos y no llegaron a buen puerto. Llegaron «a la conclusión de que no pudo haber acuerdo, que también es una conclusión». También se ha referido a la vía unilateral: «No hay que descartarlo al 100%, estarías perdiendo capacidad de negociación, pero no es ni la primera ni la segunda ni la tercera opción de la parte soberanista, siempre es buscar el acuerdo con las autoridades del Estado». Con constantes cortes por parte del presidente del tribunal instando a no pedir valoraciones políticas al testigo, Artur Mas ha hecho declaraciones que se han sumado a las estrategias de defensa de algunos imputados, explicando que nunca buscaron instrumentalizar la violencia. «Cualquier escenario en que se pudiera producir algo de violencia por parte de la intervención del Estado era orillado con ánimo de evitar cualquier atisbo de violencia en Catalunya», ha dicho. Mas también ha negado que se buscase instrumentalizar a los Mossos dEsquadra: «El que en aquel momento era conseller de Interior, Joaquim Forn, siempre delante de todo el mundo expuso que las operaciones de los Mossos tienen una ejecución desde un punto de vista estrictamente profesional». Joan Tardà ha sido el primero de los diez testigos previstos para hoy. Después de un primer momento en que ha intentado declarar en catalán, Marchena le ha cortado varias veces: «Este juicio está inspirado en la venganza...» ha empezado Tardà y le ha cortado Marchena. Llamado por la acusación popular del partido ultraderechista Vox, apenas le han hecho tres preguntas, cortados constantamente por un juez Marchena que les reprochaba pedir valoraciones políticas al testigo: «No existe el testigo llamado el testigo opinante», le ha dicho al abogado Pedro Fernández, llegando incluso a hacer él las preguntas que empezaba el letrado para evitar debates políticos. Llamado a declarar sobre lo que vio el 20 de septiembre en Barcelona, Tardà ha explicado que «tomé la palabra y me dirigí a los ciudadanos concentrados para reclamarles sobre todo que no se cayera en ninguna provocación, que había que evitar cualquier violencia, tenía miedo de que hubiera infiltrados, dije que no podíamos descarrilar».