La testifical de Josep Lluís Trapero, mayor de los Mossos dEsquadra, ha ocupado prácticamente toda la decimoséptima sesión del juicio al procés. Testigo en el Tribunal Supremo y procesado en la Audiencia Nacional, Trapero ha negado haber puesto a los Mossos al servicio del independentismo, ha defendido que hicieron todo lo posible tanto el 20-S y el 1-O y ha revelado, para reforzar su alineamiento con las instituciones, que para cuando el Govern proclamó la independencia él ya llevaba dos días planeando cómo detener a Carles Puigdemont, al que advirtió expresamente de los peligros de permitir el referéndum. La gran revelación de la tarde en torno a uno de los elementos nucleares de la acusación: para cuando Carles Puigdemont y su Govern firmaron la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) los Mossos ya llevaban dos días planeando su detención si era necesario. «Desconocíamos la trascendencia jurídica pero lo veíamos que era una cosa que aparentemente era de una cierta gravedad por si ordenaban algún tipo de acción». Entre esas acciones «la detención del President y los consellers si se nos ordenaba, en un dispositivo que habíamos preparado». En la línea de otros altos mandos de Mossos, Trapero ha dado una de cal y otra de arena a su antiguo jefe político, el exconseller Joaquim Forn. «No le puedo hablar de otra cosa que de respeto al cuerpo», ha dicho sobre él antes de empezar a lanzar dardos en dirección al banquillo de los acusados sobre sus declaraciones públicas y cómo aseguró en los días previos al referéndum ilegal que los Mossos dEsquadra permitirían las votaciones. «Es un político, pienso que tenía un punto de irresponsabilidad», ha dicho por la mañana, desarrollando la crítica por la tarde. Poco implicado en el trabajo de la policía autonómica en comparación con su predecesor Jordi Jané, sus declaraciones «causaban bastante malestar, confundía a la gente con lo que era el papel de los Mossos, dio una imagen que creo que estamos pagando y que no se adecua con la realidad». El juicio al procés por poco se ha quedado sin escuchar de boca de Josep Lluís Trapero las advertencias que hizo a Carles Puigdemont sobre los peligros de permitir celebrar el referéndum. La parte que ha pedido su testifical, el partido ultraderechista Vox, no ha preguntado sobre ese aspecto, unas advertencias reveladas por el comisario Manel Castellví, y ha sido finalmente el presidente del tribunal, Manuel Marchena, quien ha salvado los muebles haciendo él la pregunta acogiéndose al artículo 708 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. La respuesta ha sido contundente y Trapero ha podido explicar lo que advirtió en días anteriores a Carles Puigdemont: «Les trasladamos una preocupación por el orden público y la seguridad ciudadana» en esa reunión. «Eso necesariamente iba a ocasionar conflictos graves de orden público y de seguridad ciudadana», añade. «Les emplazamos a un cumplimiento de la legalidad, nosotros las íbamos a cumplir, que no se equivocasen con nosotros». Las preguntas a Trapero han empezado en el 20 de septiembre de 2017 con la actuación de los Mossos durante la concentración masiva de 60.000 personas frente a la Consellería de Economía. Su idea, en contra de lo que defienden las acusaciones, no era sacar a la comitiva judicial a través de un pasillo de voluntarios sino de un pasillo posterior de la Brigada Móvil (BRIMO). «Si planteamos esa forma es porque consideramos que es segura, no vamos a plantear una salida que consideramos insegura». Jordi Sànchez, ese día, tuvo voluntad de colaborar según ha dicho. Trapero ha apuntado no a una actuación negligente sino a un error de comunicación en el que los Mossos no sabían que los registros habían terminado y que la comitiva quería abandonar el edificio y si optaron finalmente por salir por el teatro es porque a esas horas de la noche ya «era una cuestión de ahorrarnos el tiempo de volver a montar el cordón». Josep Lluís Trapero ha comparecido también para defender uno de los puntos más controvertidos de este juicio: el dispositivo de los Mossos dEsquadra para el referéndum ilegal del 1 de octubre. Los binomios de agentes en cada colegio «no tenía otra finalidad que la de cumplir los mandamientos judiciales. Nos hubiese encantado que hubiese más resultados, pero hubo los que pudimos hacer entre todos», ha explicado.