Lo que implica el fallo de La Manada: ella siempre dijo la verdad
Todavía hay que conocer todos los razonamientos, que serán públicos cuando se redacte la sentencia
Madrid
La sentencia definitiva del caso de la violación múltiple perpetrada en Pamplona en 2016 todavía es un misterio. Los magistrados sólo han adelantado la parte dispositiva y algunos argumentos de una sentencia que deja implícitos algunos mensajes en torno a una agresión sexual que ha ocupado la opinión pública española durante los últimos tres años.
Más información
Dijo la verdad
La víctima siempre dijo la verdad. No fabuló, no exageró y no se inventó los hechos para recuperar su teléfono móvil. La firmeza de la condena de los cinco agresores sexuales supone un aval judicial definitivo a la versión ofrecida por la víctima desde el momento de la primera denuncia: que entró en el portal de la calle Paulino Caballero sin saber lo que iba a pasar y que, para cuando se dio cuenta, era demasiado tarde. Los hechos probados no han sido tocados desde la primera sentencia del caso.
Este fallo también envía al cajón las versiones exculpatorias de los acusados, que pasaban por asegurar que ella les denunció para evitar que difundieran imágenes íntimas del teléfono que robaron.
El silencio no es afirmativo
"Hay muchas formas de prestar el consentimiento", dijo el abogado de uno de los acusados durante el juicio cuando la Cadena SER informó de que ninguno de ellos había sido capaz de concretar cómo la víctima había prestado su consentimiento a mantener relaciones con los cinco. Una condena por agresión sexual ratifica que el silencio de la joven - provocado en gran medida por la falta de interpelación de los acusados para evitar saber si quería o no quería - no implica, significa este fallo, que estuviera aceptando tener sexo en un portal. El 'no es no' se transforma, en esta sentencia, en que 'el silencio no es un sí'.
Los vídeos de la violación
Son una de las pruebas principales del caso: los vídeos que los acusados grabaron mientras violaban a la joven dentro del portal. Sólo uno de los catorce jueces y juezas que han participado en la tramitación del proceso ha interpretado las imágenes como una demostración del disfrute y no del dolor de la joven: Ricardo Javier González González. "Lo que me sugieren sus gestos, expresiones y sonidos es excitación sexual", dijo haciendo una valoración que ha quedado enterrada en esta sentencia del Tribunal Supremo.
Violación sin golpes
La resolución en firme del caso de La Manada también aplica una realidad del Código Penal a un caso que en el propio Tribunal Supremo consideran especialmente complejo: no es necesario que una agresión sexual sea violenta, que la víctima sea herida, amenazada o golpeada. En este caso los jueces avalan que casos como éste puedan subsumirse bajo el paraguas de la intimidación que también puede llevar a una condena por agresión sexual.
Resistencia heroica
La decisión tomada por el Tribunal Supremo refuerza un concepto asentado en su jurisprudencia desde finales de los ochenta: no se debe exigir una resistencia a una víctima de un ataque sexual para considerar que estemos hablando de una violación. La conocida como "resistencia heroica" que, en este caso, tampoco ha servido para cuantificar la gravedad de la agresión: ella quedó bloqueada y optó por no moverse ni resistirse.