Todo lo que debes saber de Batumi, el destino turístico que empezará a sonar
La república autónoma georgiana de Ayaria despierta al turismo y abre a Europa la puerta del Caúcaso
Batumi (Georgia)
Si hace unos meses alguien me pregunta por Batumi me hubiera aventurado a responder, segura de equivocarme, que hablábamos de una tribu africana o un remoto lugar de las antípodas. Pido perdón por mi torpeza inicial y me sitúo sobre el mapa de este novedoso destino turístico que tiene muchas bondades que ofrecer al viajero (y alguna asignatura pendiente). Batumi es la capital de la república autónoma georgiana de Ayaria, república exsoviética situada a caballo entre Europa y Asia, en la costa este del Mar Negro. Es ese pequeño territorio que se localiza en los mapas al norte de Turquía tiene el tamaño aproximado de la provincia de Álava y la población de la Burgos. Sirva esta comparativa para romper la primera lanza a favor del esfuerzo que las autoridades ayarias están realizando para abrirse al turismo extranjero, y en concreto, al europeo, que es su principal objetivo.
Según los datos del organismo gestor del turismo en Batumi, en 2018 visitaron esta república un total de 733.326 turistas, de los cuales casi medio millón eran extranjeros y de ellos, cerca de 38.000, europeos. Las cifras no son sorprendentes, pero sí destacables si lo comparamos con diez años atrás, cuando solo un millar de europeos visitaron Ayaria.
¿Por qué visitar Ayaria?
Ayaria y su capital, Batumi, quieren que desde la otra punta de Europa les prestemos atención pero, ¿qué puede ofrecer esta república georgiana a los turistas españoles? La respuesta es que mucho, variado, para todos los gustos y para todos los bolsillos. Si algo llama la atención tras pasar unos días entre los ayarios es su facilidad para alardear de lo suyo. Ayaria no es una región rica, pero sí muy orgullosa. Presumen de su historia, forjada con los griegos, los romanos, los otomanos, el imperio ruso…; de su gastronomía, con delicias como el khachapuri ayario, los khinkali, las churchkhelas…; de sus vinos, cuya antigua tradición de fermentar los caldos en vasijas de barro es patrimonio inmaterial de la UNESCO; de su idioma, que tiene un alfabeto único en el mundo formado por 33 letras; de su eclecticismo religioso, con familias mixtas en las que los más mayores son musulmanes y las últimas generaciones, ortodoxos; y hasta presumen de su agua mineral, Borjomi es la marca más famosa.
Batumi, playa al mar Negro y rascacielos
Este viaje de cuatro días comienza en Batumi, la capital y ciudad más poblada (155.000 habitantes, similar a Santander). Batumi es ciudad portuaria y de playa, con 7 kilómetros de paseo marítimo muy cuidado y amplio pero con una playa de piedras bastantes grandes e incómodas a la hora de darse un baño. Para compensar, todas las playas son públicas, el baño en el Mar Negro es una obligación muy placentera, agua templada, limpia, sin casi olas y con algunos peces perceptibles mientras nadas. Los aficionados a las brazadas han encontrado un sitio ideal donde además gozan de un clima subtropical, algo que hace de Batumi un buen destino prácticamente todo el año.
La capital de Ayaria es una ciudad de calles limpias donde, por ejemplo, y pese a que hay muchos perros sin hogar por las calles, no se ven excrementos. Ningún miedo a estos canes, están todos controlados con identificador visible y se limitan a caminar junto al turista sin molestar. La ciudad, que puede recordar (a pequeña escala) en algunos momentos a ciudades como Las Vegas y Atlantic City por sus hoteles casinos y grandes edificios iluminados en neón por la noche, tiene varios lugares interesantes que visitar, para lo que bastarán un par de días.
El centro histórico
Hay dos Batumi, el moderno abierto al mar y el histórico, donde el barrio turco con sus casas de dos pisos, teterías y tiendas de dulces se mezcla con sobrios edificios de estilo soviet de 7 plantas que recuerdan que hasta 1991 fue parte de la Unión Soviética. En la calle Kutaisi encontramos la mezquita Orta Djame, construida en 1866, es la única de las tres que había en la ciudad que siguió en pie tras el periodo soviético. También en la parte más antigua de la ciudad hay otro templo religioso de interés, la iglesia de San Nicolás de 1865 (ortodoxa griega).
En la Piazza Square, cerrada y con parte de soportales, siempre hay turistas en las mesas de los restaurantes y cafés, que instalan sus terrazas junto al escenario donde cada noche hay conciertos muy variados. Visita además la Plaza de Europa, la más bonita de Batumi. Podrás ver la estatua de Medea con el vellocino de Oro, en recuerdo de la leyenda griega de Jasón y los argonautas. Justo al lado de esta plaza destaca el reloj astronómico del edificio del banco Nacional Georgiano, que además de la hora da información sobre la posición del sol, la luna, los planetas, la hora del amanecer y del ocaso y las fases de la luna.
Ali y Nino
Dejando atrás la ciudad antigua el contraste es importante al llegar a la zona del paseo marítimo. Allí destaca el monumento de Ali y Nino, el más internacional de Batumi. Se trata de dos estatuas móviles de una altura de 8 metros formadas con anillos de acero que cada diez minutos se van uniendo hasta convertirse en una única persona. Representa la historia de amor mixta entre un chico musulmán, Ali, y una princesa cristiana, y a través de ella, el respeto entre culturas y religiones. Junto a esta majestuosa obra destaca una noria con vistas al Mar Negro y al resto de la ciudad. En esta misma zona destaca La torre del alfabeto georgiano, un homenaje a las 33 letras del idioma local, que se pueden ver a lo largo de la torre repartidas en forma de ADN, como señal de herencia.
La visita a esta ciudad costera del Mar Negro se puede completar con un paseo por el Parque del 6 de Mayo, un pulmón verde con un estanque muy próximo al paseo marítimo, y el delfinario, que cuando abrió, hace 44 años, se convirtió en uno de los más grandes del mundo. Hoy en día el delfín es uno de los símbolos de la ciudad.
El jardín botánico
Muy cerca de la ciudad, apenas a 9 kilómetros del centro, está una visita indispensable si estás en Batumi. El jardín botánico, fundado en 1912, tiene más de 5.000 especies de todos los continentes gracias al clima subtropical de la zona. Además de la riqueza botánica, las 111 hectáreas de extensión gozan de unas vistas maravillosas sobre la bahía, en el Green Cape. Aquí por primera vez descubrirás que la naturaleza en Batumi es sorprendente.
Las montañas de Ayaria
Una vez te gane el verde de la naturaleza lo mejor es dejar atrás la capital y conducir hacia el interior de Georgia para conocer la parte más rural de la república autónoma georgiana de Ayaria. Una de las visitas más agradables es la de comer en una de las guest houses que hay a una hora de la ciudad, como la de la familia Shervashidze, en Keda. Se trata de una finca con viñas y bodega propia donde te enseñarán la elaboración tradicional de los vinos en la región y alguno de los platos más interesantes de la gastronomía local.
Muy cerca de allí se puede visitar la catarata de Makhuntseti, a 30 kilómetros de Batumi, considerada una joya de la naturaleza con sus 50 metros de caída. En esta misma zona se puede visitar el puente del rey Tamar sobre el río Adjaristskali. Es del siglo IX y nace desde la roca virgen de los márgenes del río. En la zona se puede hacer rafting y trekkings de montaña.
Un último consejo para el turista es desplazarse hacia el sur, hacia la frontera turca, para visitar la fortaleza de Gonio (Apsaros en griego). Se trata de una fortificación romana del siglo I junto al río Çoruh a tan solo 4 kilómetros de Turquía.
Joyas de la gastronomía
El pan, el queso, las verduras y las especias basan buena parte de los platos tradicionales en Ayaria. Comen contundente, y si hay algo con lo que no te quedarás con hambre es el khachapuri. Algunos dicen que es la pizza georgiana, y se parece, pero si hablamos de la versión del khachapuri de Ayaria, estamos ante ante algo más: un pan crujiente en forma de barco, relleno de queso y un huevo. El plato se sirve caliente, lo que se aprovecha para derretir un trozo de mantequilla dentro. Delicioso.
Otra de las especialidades tradicionales de la cocina georgiana que más me ha gustado es el khinkali. Son una especia de buñuelos o dumplings rellenos de una albóndiga de carne picada de cordero con cilantro, entre otras especias, que devuelve un sabor a caldo picante y sabroso al morderlo. De nuevo delicioso.
A la mesa en Batumi nunca falta el queso, pero no destaca por su sabor. Suelen ser quesos suaves como mucho ahumados que acompañan otros platos. Tampoco falta el vino, de hecho, alardean de ser la cuna de la viticultura en Europa. Sin embargo, los vinos tintos básicos que beberás en los restaurantes son algo peleones, nada que ver con el cuerpo de un Rioja, algo más parecido a una sangría o un zurracapote. Sin embargo, en tiendas e incluso en supermercados se encuentran vinos blancos secos y semidulces bastante más valiosos. Una región al este de Georgia, Kakheti, es la más famosa por sus caldos, conocida como La Rioja georgiana. Siguiendo con las bebidas, para los más valientes está la chacha; no les digas que es un vodka, es otra cosa: hecha de uvas, limón, granos de café... y 70 grados de alcohol.
Destaco además como aperitivos los pkhali (una especie de albóndigas de espinaca y berenjena muy especiados que suelen coronarse con granos de granada) y los badrijani (rollitos de berenjena rellenos de pasta de nuez y ajo y hechos ala parrilla).
Por último, hay que probar la churchkhela, un dulce tradicional en Georgia que también se encuentra en zonas de Turquía y Rusia. Tiene forma de chorizo fino y se hace ensartando frutos secos en un hilo (avelllanas, nueces, pasas...). Esa salchicha de frutos secos se sumerge en una masa hecha con mosto de uva y harina, se deja secar y ¡a comer¡.
Probablemente tras pasar unos días en Batumi y alrededores tendrás muchas más ganas de ampliar tu experiencia turística más allá de las fronteras de Ayaria. Es una buena oportunidad para descubrir la región del Caúcaso, de la capital de Georgia, Tiflis, a las montañas de esa impresionante cadena montañosa. Batumi puede ser el puente hacia el Caúcaso para cruzar Europa de suroeste a noreste.
¿Cómo volar a Batumi?
Por ahora no hay vuelos directos de Madrid a Batumi. Turkish Airlines vuela con escala en Estambul por unos 500 euros ida y vuelta. También opera Air Europa y se pueden encontrar vuelos con escala en Tel Aviv, Roma y Ámsterdam. Desde Barcelona se vuela con Belavia (aerolínea bielorusa) con escala en Minsk (Bielorrusia) por cerca de 400 euros.
La moneda legal en Batumi es el lari georgiano, que tiene un cambio muy bueno al euro (0,31 euros).
Susana Elguea
Coordinadora de actualidad en CadenaSER.com. En la web de la SER desde 2001, como redactora y portadista,...