Día de elecciones: baja participación con esporádicos ataques talibanes
La escuela de secundaria Zargonna, en el centro de Kabul, es un fortín protegido por decenas de soldados y policías a primera hora de la mañana que registran todas las personas, en su mayoría periodistas, que quieren asistir a la apertura del colegio electoral
Baja participación con esporádicos ataques talibanes / Gervasio Sánchez
Kabul
El patio de la escuela muestra un ambiente muy curioso. Una veintena de cámaras de televisión afganas e internacionales esperan con ansiedad la llegada del primer votante entre decenas de guardaespaldas que acompañan a Hawa Alam Nuristani, la jefa de la Comisión Electoral Independiente de Afganistán (CEI)
El primer votante introduce la papeleta en la urna de plástico veinte minutos después de abrirse el colegio al mismo tiempo que Alam Nuristani ruega a los ciudadanos, especialmente a las mujeres, que vengan a votar.
Said Taim Rasul es el responsable del aparato biométrico, un sistema electrónico ya utilizado en las anteriores elecciones parlamentarias, que persigue prevenir el fraude electoral. Este joven parado tiene una gran responsabilidad a pesar de sus 19 años y ha conseguido este trabajo por enchufe. “Uno de mis amigos conoce a alguien de la CEI”, admite muy contento porque recibirá un pago de 100 euros por los siete días que ha dedicado a prepararse.
En la sección femenina el proceso es aún más lento. Ninguna mujer ha votado una hora después de abrirse los colegios electorales. Pastana Omerkhail, de 24 años, soltera y funcionaria gubernamental, admite después de convertirse en la primera votante que “tengo mucho miedo y mi madre me ha rogado que me quedase en casa”.
Ataques esporádicos
Los talibanes han amenazado con atacar los colegios electorales. Las fuerzas de seguridad se han tenido que emplear a fondo para desactivar explosivos y detonar minas antitanque en Kandahar, el principal feudo talibán.
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A las dos horas de abrirse los colegios ya se sabe que se ha producido al menos once ataques en los alrededores de la capital y en provincias aledañas. “Ha habido más incidentes que en elecciones previas, pero con menos víctimas”, asegurará más tarde la organización no gubernamental de origen alemán Afganistán Analysts Network, con excelentes fuentes de información en el país asiático.
La ONG italiana Emergency informará en su cuenta de Twitter que ha recibido en su hospital de Kabul al menos 18 heridos por ataques en la capital afgana durante la jornada electoral.
El incidente más grave se ha registrado a primera hora de la mañana en un colegio electoral de Kandahar. La explosión de una bomba ha herido a un total de 16 votantes y miembros de las mesas. El colegio electoral ha vuelto a abrir las puertas tres horas y media después de ser atacado.
El traslado en coche hasta el barrio de Karte Naw, habitado por pastunes, la minoría mayoritaria de Afganistán, de confesión suní, obliga a superar varios controles protegidos por blindados. A pesar de las amenazas de los talibanes muchos negocios permanecen abiertos.
A la entrada de la escuela Rahwan Minar hay un gran tumulto. Decenas de personas aseguran que sus nombres no aparecen en los registros y, en otros casos, los aparatos biométricos no reconocen sus huellas.
Mohamed Ibrahima, de 32 años, afirma que siempre votó en este colegio electoral y hoy no puede. “He venido desde Logar este mañana por una carretera muy peligrosa para encontrarme con este desastre” dice este ingeniero en un perfecto inglés.
Abdul Hadi, responsable en este colegio de la CEI, ha llamado a sus superiores hace dos horas para explicar lo que está ocurriendo, pero todavía no ha recibido respuesta. La respuesta llegará media hora antes del cierre oficial de los colegios aunque los votantes perjudicados podrán votar al haberse ampliado el horario de votación durante dos horas más.
Dos zonas diferenciadas
En la zona femenina uno de los aparatos biométricos no funciona. Unas 20 mujeres hacen cola ante una mesa electoral. “Habrá que tener paciencia”, comenta la joven Arzou Ahmadazay, de 25 años, que ha tenido que dejar su trabajo de contable en una organización no gubernamental tras contraer matrimonio “porque mi familia no acepta que siga trabajando”.
En la mezquita Etefaq del barrio hazara, de confesión chiita, el ritmo de la votación es sensiblemente superior y algunas mesas alcanzan el 20% cuando ya se ha superado la mitad del horario de apertura de los colegios. En las mesas femeninas, como ocurre en casi todas partes, hay menos afluencia de votantes.
La participación está siendo muy baja en Kabul y en ciudades importantes como Herat y Kandahar a pesar de que la asociación afgana de observadores electorales confirma que el 98% de los colegios electorales abrieron a la siete de la mañana, en la hora prevista.
Una revisión del número de votantes en los cuatro colegios visitados durante toda la jornada cuando apenas queda unos minutos para el cierre da cifras muy pesimistas: las mesas electorales masculinas no alcanzan el 25% y las femeninas se quedan en un holgado 15%.
Los resultados preliminares de la votación no se conocerán hasta el próximo 19 de octubre y se anunciarán oficialmente el 7 de noviembre. Los resultados definitivos de las últimas elecciones parlamentarias celebradas en octubre de 2018 tardaron siete meses en saberse.
No se descarta una segunda vuelta electoral aunque es posible que no se pueda celebrar hasta finales de año o, incluso, en primavera de 2020 cuando el frío invernal ya no sea un impedimento para moverse por el país.
Nada más cerrarse los colegios electorales, la CEI ha asegurado que la gran mayoría de los colegios electorales han podido abrir sus puertas a pesar de las amenazas talibanes.
"Las elecciones presidenciales, las cuartas desde la caída del régimen talibán en 2001, se han celebrado de forma exitosa a lo largo del país", ha afirmado en una rueda de prensa la jefa de la CEI, Hawa Alam Nuristani.
Según la CEI, el 98 % de los 4.503 colegios electorales abrieron sus puertas, con la presencia del 99,8 % del personal electoral y del 99,5 % de las fuerzas de seguridad en los centros de votación. Sobre otros 425 colegios electorales de las provincias norteñas de Baghlan, Kunduz, Takhar y Badakhshan no se ha aportado ninguna información.
Los máximos favoritos para ganar las elecciones son el actual presidente de Afganistán, el pastún Ashraf Ghani y el jefe del gobierno, el tayiko Abdullah Abdullah. Ambos se acusaron mutuamente de fraude en las elecciones presidenciales de abril de 2014 y tuvieron que aceptar la intermediación de Estados Unidos para conformar un gobierno de coalición y evitar así enfrentamientos entre dos de las comunidades más importantes del país.