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Coronavirus Covid-19

Un nuevo mapa para un mismo virus: cómo ha cambiado y qué advertencias deja el COVID-19

Ni la edad, ni los territorios afectados ni el índice de letalidad son como al comienzo de la pandemia en España

Una chica sale de área portatil ubicada frante a un hospital tras realizarle el personal sanitario una PCR. / STEFANO CAVICCHI (EFE)

Madrid

El Ministerio de Sanidad anunció el pasado viernes que queda prohibido fumar en la vía pública, también el ocio nocturno. Las discotecas vuelven a echar el cierre, las terrazas pasan a ser el nuevo punto de mira en un escenario repleto de ensayos. También la juventud. Todavía se desconocen muchos aspectos científicos del nuevo coronavirus, por lo que las restricciones van y vienen mientras el verano avanza incierto para todas las edades.

Precisamente del verano y la subida de las temperaturas se hablaba antes del 21 de junio (fecha del fin del estado de alarma y del inicio de este período estival) como posibles variables positivas para un mayor control de la COVID-19: el calor dejaría al virus arrinconado y lo volvería menos agresivo, es decir, daría a la población una especie de tregua. Los cambios, sin embargo, no han sido tan favorecedores como se creía, pero la situación, eso sí, ha dado un giro y evidencia la complejidad de la enfermedad. ¿Qué advertía el virus hace uno meses y qué advierte ahora?

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<p>El ministro de Sanidad, Salvador Illa, detalló las medidas y recomendaciones aprobadas el viernes en la reunión extraordinaria del Consejo Interterritorial</p>

Un escenario invertido

Ni las zonas con mayor impacto, ni la edad de las personas afectadas ni el número de fallecimientos son como al principio de la pandemia en España. El mapa no tiene nada que ver con el que dibujaba el coronavirus en marzo, abril, mayo, ni siquiera en junio.

Para empezar, las comunidades autónomas que figuraban las primeras en la lista por contagios han cambiado en la actualidad. El virus parece haberse desplazado a lugares donde el impacto de la primera oleada no fue tan severo. Así, la media de positivos diagnosticados mediante PCR en España a 21 de junio era de 524 casos por 100.000 habitantes y destacaban Madrid, Cataluña, Castilla y León y Castilla-La Mancha. Dos meses después, por delante de estas se ha situado Aragón, que por entonces quedaba por debajo de la media.

Con la nueva normalidad, la tasa de nuevos positivos cayó a 194 (según datos del Informe de Sanidad publicado el pasado 13 de agosto), la cifra se ha reducido en todo el país, excepto en un punto donde se ha disparado al doble y sin precedentes. Aragón es el único territorio en España (entre las 17 comunidades autónomas y las ciudades de Ceuta y Melilla) cuya tasa de casos por 100.000 habitantes ha crecido desde el 21 de junio. Aunque por debajo de este siguen preocupando Madrid y Cataluña, también se observa con especial atención el País Vasco, que sigue superando la media, así como Baleares o Murcia, donde las cifras de casos se han reducido tímidamente y siguen cerca de esa media. Por el contrario, en Castilla y León y Castilla-La Mancha las cifras se han reducido y ya ocupan puestos por debajo del umbral marcado.

Acuerdo del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud en el que se recogen las nuevas restricciones ante el incremento de casos positivos por coronavirus.

Acuerdo del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud en el que se recogen las nuevas restricciones ante el incremento de casos positivos por coronavirus. / Ministerio de Sanidad

Dentro del cambiado mapa también cambia la edad de las personas contagiadas. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, insiste en las últimas semanas en que la edad media de los nuevos contagiados está en 40 años, mientras en el pico de la primera oleada esta se situaba en más de 60 años. Según el seguimiento realizado por Instituto de Salud Carlos III, en datos que recoge El País, la media de edad en diagnósticos positivos era de entre 50 y 59 años en abril; en cambio, para agosto la variable ha pasado a situarse entre los 30 y los 39 años. Es decir, el virus circula ahora entre la población joven, lo que en cualquier caso no deja exenta a grupos de riesgo, entre ellos las personas mayores.

Menos hospitalizaciones y un aviso

Con el descenso en edad han disminuido las hospitalizaciones y también la letalidad. En la nueva normalidad, la media de positivos que requieren hospitalización se sitúa en un 4,5% frente al 50% que se registraba en los primeros meses hasta el 21 de junio. No obstante la diferencia es tan elevada debido a que, según señala El País, en la primera oleada la mayoría de casos se diagnosticaban en los centros hospitalarios. Asimismo, en la actualidad muchos de los positivos son asintomáticos y, debido a la edad, menos graves, por lo que no suelen requerir ingreso.

De esta forma, la letalidad se ha reducido considerablemente en un 96%, explicada por los factores detallados más arriba, pero también por una cuestión fundamental: se diagnostican más casos, lo que aumenta el denominador en la ecuación (muertes/casos). Más PCR, más preparación, menos edad y menos gravedad llevan a contadas muertes por día. Un dato favorecedor que sin embargo depende también del mapa territorial. Hasta el 21 de junio, la diferencia en este sentido por comunidades va del 6,71% de Canarias al 17,27% de Extremadura. Sin embargo, en la actualidad la proporción (menor en todos los casos) va del 0,12% de Navarra al 0,93% de Castilla y León. Los brotes focalizados son ahora los principales marcadores de diferencia.

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Todo ello se acompaña de menos saturación del sistema sanitario. En los hospitales y centros de salud, el despliegue de dispositivos de actuación tiene algo de margen para atender a pacientes a otro ritmo, con más posibilidad de observación que durante el pico de la pandemia, cuando el colapso provocó la incapacidad de tratar a todos los positivos por igual.

Precisamente desde los hospitales han empezado a llegar nuevos avisos que recuerdan los momentos de mayor tensión vividos en meses pasados. Los profesionales y las profesionales de la salud piden mayor protección para el sector e insisten en la conciencia ciudadana y en establecer medidas específicas para evitar que, por normalizar infracciones y descuidos, el escenario vuelva al punto de partida.

Según las últimas cifras del Ministerio de Sanidad, el pasado viernes se registraron 2.987 nuevos contagios, un dato que sitúa la cifra total en 342.813, lo cual supone un incremento de 5.479 casos en el acumulado. En la última semana, además, 1.015 personas han precisado hospitalización (46 en UCI). La prevención es la mayor advertencia que sigue dejando el coronavirus.

 
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