La energía limpia y renovable, clave para "potenciar la recuperación económica" tras la crisis sanitaria
La propuesta de la Agencia Internacional de la Energía evitaría más de 12 millones de muertes prematuras por contaminación en la próxima década
Madrid
Gobiernos, compañías y ciudadanos juegan un papel “crucial” en la última Previsión Energética Mundial de la Asociación Internacional de la Energía (AIE). Este 2020 se centra en los pasos a seguir durante la próxima década, cuando se percibirán los efectos "disruptivos" de la pandemia de coronavirus en la demanda energética. Lo que ya adelanta la organización es que la demanda energética global no volverá a niveles prepandemia hasta 2023, en el mejor escenario, o hasta 2025, en el peor.
Más información
En concreto, la propuesta de la AIE supone el cumplimiento de algunas acciones "ambiciosas" por parte de los gobernantes y las empresas, entre las que se encuentra el objetivo de reducir las emisiones un 40% en 2030. Con estos cambios, que mejorarán la calidad del aire, se evitarían 12 millones de muertes prematuras provocadas por la contaminación en la década que viene.
"Necesitamos del esfuerzo de la AIE para imaginar, pensar y construir escenarios cero emisiones", ha asegurado Teresa Ribera, vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Tras la publicación del informe, Ribera ha destacado que es la primera vez que esta organización "se toma en serio la construcción de un escenario de plena descarbonización del sistema energético".
Y es que, según el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, "a pesar de la caída récord en las emisiones producida este año a nivel mundial, el mundo aún está lejos de lograr una reducción decisiva de las mismas".
Distintos escenarios causados por la pandemia
En la actualidad, todo –incluida la demanda energética– depende del progreso de la pandemia. Por esa razón, de acuerdo con la AIE, "no hay un único camino posible". Así, si se consigue tener bajo control a la COVID-19 en 2021, pero las políticas gubernamentales se mantienen, la economía global regresará a niveles prepandemia ese mismo año (Supuesto de Políticas Establecidas o STEPS, por sus siglas en inglés).
No obstante, una mayor duración de la pandemia haría que el mundo se hallase ante el Escenario de Recuperación Atrasada (en inglés, DRS), donde el sistema económico mundial no igualaría las cifras de 2019 hasta el 2023.
Frente a ambos, la AIE propone el Supuesto de Desarrollo Sostenible (SDS), el cual implicaría un surgimiento de políticas sobre energía limpia y renovable para lograr los objetivos de desarrollo sostenible incluidos en el Acuerdo de París.
Crecimiento de las renovables
Lo único común en todos los supuestos es que las renovables "van a sufrir un crecimiento rápido". En concreto, la energía solar será "el centro del nuevo universo de tecnologías productoras de electricidad".
Para lograrlo se necesita "un empuje político adicional", afirma la AIE. La razón es que, si se quieren reducir las emisiones en un 40%, en 2030, la mitad de los coches que se vendan deberán ser eléctricos (frente al 2,5% del año pasado) y tres cuartos de la electricidad tendrán que provenir de fuentes bajas de emisiones, lo que implica un crecimiento de las mismas de más de un 35%.
Baja el uso de carbón, pero las emisiones continúan en niveles elevados
En 2040, independientemente del escenario será la primera vez que el carbón baje de suponer el 20% entre todas las energías. Aun así, pese a que la COVID-19 ha iniciado "una caída estructural en la demanda global de carbón" y las emisiones globales van a volver a niveles normales más lentamente que después de la crisis económica de 2008, "el mundo aún está lejos de una recuperación sostenible".
Por eso, la AIE insiste en que la inversión en energía limpia se trata de una forma de "potenciar la recuperación económica, crear trabajos y reducir las emisiones". Esto mejorará la calidad del aire en 2030, más incluso que durante el confinamiento.