El truco definitivo para eliminar el exceso de grasa de los guisos y sopas
Si lo de quitar la capa de grasa que se forma en los guisos no es para ti, estos son los trucos que te ayudarán a conseguir el sabor que tienen los platos de tu madre
Madrid
¿Has cumplido todos los pasos de la receta familiar para preparar un buen guiso y aun así no consigues que tenga el mismo sabor? El exceso de grasa en los platos de cuchara puede suponer un problema si no se retira de manera correcta. El dicho 'cuanto más azúcar, más dulce' puede ayudar a que nuestro plato tenga suficiente sabor, dependiendo de la receta, pero la carga de grasa que provocan esos ingredientes debe ser eliminada para no producir un efecto cargante en la comida.
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Cocidos, guisos, sopas... todos estos platos de cuchara guardan una gran cantidad de grasa en los alimentos que contienen, y para retirarla hay un gran aliado: el frío. Hay infinidad de trucos para eliminar o reducir este exceso, pero todos tienen en común este elemento, con el que, dependiendo del tiempo o las necesidades, se puede utilizar de una manera u otra. Las bajas temperaturas solidifican este sebo facilitando su separación.
A continuación encontrarás cuatro sencillos trucos para conseguir mejorar tu receta familiar sin necesidad de modificar los ingredientes.
Hielo
Como el frío es el mejor aliado para solucionar este problema, una de las formas más rápidas es, al terminar de cocinar, ayudarse de un cubito de hielo de un tamaño medio. Se introduce el hielo en la superficie del guiso o sopa y se mueve con la ayuda de un cucharón hasta conseguir solidificar toda la grasa, que se va a adherir al cubito en apenas unos segundos.
Cuchara de metal
Si no se tiene cubitos de hielo a mano, otra solución es enfriar una cuchara de metal para ejercer un efecto similar. Cuando el caldo esté preparado, se introduce el cubierto en agua helada durante unos minutos. En el momento que haya conseguido una temperatura lo suficientemente baja, se pasa por la superficie por la parte cóncava. La grasa se pegará a la cuchara para poder quitarla con facilidad, pero hay que tener cuidado para retirar la menor cantidad de caldo posible.
Enfriar en la nevera
Otro de los trucos más populares, aunque en este caso llevará más tiempo, es introducir el recipiente con una tapa en la nevera, una vez cocinado. Primero habrá que dejarlo reposar hasta que llegue a una temperatura ambiente y entonces se podrá meter en el refrigerador.
Pasadas unas horas (se recomiendan entre seis y ocho horas), la grasa se habrá solidificado prácticamente en su totalidad en la superficie, por lo que se podrá retirar con la ayuda de un cucharón o espátula fácilmente. Hay que tener cuidado para que, al retirar la capa de grasa, no se rompa y vuelva a caer en el guiso.
Trucos sin frío
Hay otras opciones además del frío para acabar con este exceso. Uno de ellos es, mientras el guiso o sopa está en ebullición, ir removiendo con una espátula el caldo y retirar la grasa que se va pegando a los lados del recipiente.
También se puede extender papel de cocina o una servilleta sobre el guiso para que absorba el exceso.