Los evangélicos se mantienen fieles a Trump
"Voten ustedes en base a los estándares bíblicos", dice el pastor de una iglesia evangélica de Pensilvania a una audiencia que ocupa media iglesia debido a las medidas sanitarias por la pandemia. Un mensaje que parece calar entre los feligreses más jóvenes
Pensilvania
El parking en medio de la nada que rodea un ancho edificio blanco a las afueras de Bensalem, 30 kilómetros al este de la ciudad de Filadelfia, podría ser el emplazamiento perfecto para un centro comercial. Pero el campanario, el techo abovedado y dos grandes vitrales de colores con una cruz delatan a esta gran iglesia con capacidad para albergar hasta 1.500 personas en tiempos prepandémicos.
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Construido hace dos décadas, es el edificio principal del Centro de la Vida Cristiana, una organización evangélica fundada a principios de los 90 por un grupo de 24 personas. Su objetivo era ofrecer un espacio comunitario pentecostal a la población residente en los suburbios de Filadelfia, ciudad histórica de los Estados Unidos al ser la cuna de la Declaración de Independencia y la Constitución.
Los evangélicos se han convertido en un importante apoyo de Trump: el 81% votó por él en 2016, y el 78% asegura que volverá a votarlo en estas elecciones. Si bien el término evangélico en su amplia acepción abarcaría a casi todos los cristianos de una forma u otra, en su definición más acotada, a aquellos cuyas prácticas religiosas son intensas, basan toda su creencia en la Biblia, y se autodefinen así.
"No voy a decir nombres", explica Sharon, "pero hay que votar por aquel que es más fiel a los designios de la Biblia". Viuda a sus 71 años de un español que emigró a Estados Unidos, viene cada domingo a la iglesia de Bensalem para atender el rezo de las 11. “Nuestro país está en un periodo de desorden, pero sabemos quién es el único que se puede encargar de todo esto. Dios”.
Sentada en la última fila, Sharon alza los brazos, murmura y gesticula al son de la música rock y las plegarias del pastor, vestido con tejanos y camisa oscura con topos de colores. Y es que el rezo del domingo a veces parece tener más semejanzas con El Aprendiz, el programa de telerrealidad que Trump presentó hace unos años, que con las misas católicas.
Durante el rezo, el pastor se mueve de lada a lado de la tarima, con un micrófono enganchado a su cabeza y flanqueado por dos pantallas gigantes donde se reproducen sus imágenes desde diferentes ángulos, todo en alta definición. Pasada media hora, hace su única referencia a las elecciones. “Voten ustedes en base a los estándares bíblicos”, le dice a una audiencia que ocupa media iglesia debido a las medidas sanitarias por la pandemia. Y es un mensaje que parece calar entre los feligreses más jóvenes.
“No iba a votar, pero después de las palabras del pastor, voy a hacerlo”, aseguro Dominic, de 24 años y voluntario de la iglesia. Su compañero Dean, de 26 años, asegura que votará al candidato que más respete a la Biblia, el libro que guía las creencias de los evangélicos por encima de las palabras del pastor. Trump ha querido reforzar al máximo esta base de votantes, con la elección de jueces afines para el Tribunal Supremo que decidirán el derecho al aborto, una de las prioridades de los evangélicos, hasta la aparición, Biblia en mano, delante de una histórica iglesia en Washington durante las protestas por el racismo policial a principios de verano, aún teniendo que desalojar a la fuerza a centenares de manifestantes pacíficos con tal de hacerse la foto.
Si bien Trump parece tener asegurado una gran mayoría del voto evangélico, habrá que ver qué porcentaje se decante por su reelección y sí, cuatro años después, este electorado vuelve a ser decisivo para derrotar a los demócratas.