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Tensar y destensar sin que la cuerda se rompa: una semana clave para el Gobierno de coalición

Está pendiente una reunión de Sánchez e Iglesias en una semana con tres frentes que pueden condicionar la relación entre socios: el pacto con el PP para renovar los órganos constitucionales, la negociación interna de la ley de vivienda y los disturbios tras el encarcelamiento de Hasél

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en una foto de archivo en el Congreso de los Diputados / E. Parra (Europa Press vía Getty Images)

Madrid

"Pasar página". Ese es el propósito de la Ejecutiva federal del PSOE tras la escalada de tensión de la semana pasada con sus socios de Unidas Podemos. En el PSOE asumen, con cierta resignación, que Unidas Podemos “estará en campaña todo lo que queda de legislatura” y lo cierto es que los morados reconocen con naturalidad que las discrepancias en público son la herramienta que les permite pelear por el cumplimiento del programa de Gobierno de coalición que, según sentencian en medio del ruido permanente, “está blindada”. Tras las líneas rojas que admiten haber cruzado, los socios tendrán esta semana oportunidad de poner a prueba su capacidad de tensar y destensar sin que la cuerda se rompa.

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Hay un vis a vis pendiente. Pedro Sánchez ha prescindido de los maitines de lunes como mecanismo de coordinación semanal de los dos núcleos duros del Ejecutivo así que, en este momento, ambos partidos confían casi todo a la interlocución entre líderes. Tanto en el PSOE como en Unidas Podemos cuentan con que el presidente y el vicepresidente se verán en próximas fechas, aunque la respuesta oficial de la Moncloa es que aún “no está previsto” ese Sánchez-Iglesias. Y hay dos hitos en la agenda semanal que añaden más interés si cabe a esa cita: la inminencia de un pacto de la Moncloa con el PP para renovar los órganos constitucionales y las negociaciones internas entre PSOE y Unidas Podemos sobre la ley de Vivienda. Y en medio de todo esto, las protestas y disturbios en las calles que se repiten día tras día a cuenta del encarcelamiento del rapero Pablo Hasél. El distinto modo de enfocar esta situación es un elemento de tensión añadida entre socios.

La centralidad de Sánchez y Casado

De cómo evolucionen estos tres frentes va a depender que Sánchez e Iglesias puedan vender un apaciguamiento de los ánimos dentro de la coalición. No ayuda el PP, que está dispuesto, ahora sí, a cerrar un acuerdo global con el Gobierno para renovar la cúpula del Poder Judicial, el consejo de administración de RTVE o el Defensor del Pueblo pero subraya cada vez que tiene oportunidad que todo ello se hará sin Unidas Podemos.

Fuentes del Ejecutivo entienden que los populares ponen el acento en esa supuesta exclusión de los de Pablo Iglesias para revestir el cambio de rumbo de Pablo Casado, que está dispuesto ahora a dar luz verde al pacto que ha rechazado todos estos meses. El acuerdo, que ambas partes dan por hecho, sitúa a Sánchez y a Casado en el centro del tablero: permite al PP reivindicarse frente a Vox como líder de la oposición y a Sánchez recordarle a Iglesias que hay margen más allá de los 35 escaños que Unidas Podemos aporta a la coalición y de la mayoría de la investidura.

Por el momento, los morados admiten que esas conversaciones las lidera el PSOE en nombre del Gobierno. No ocultan su preferencia por llegar hasta el final con la proposición de ley que rebaja de tres quintos a mayoría absoluta la elección de los vocales jueces del Consejo General del Poder Judicial (dejando fuera de juego al PP), pero por el momento dejan hacer sin demasiadas interferencias.

La aclaración de Ábalos al PP

El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, ha asegurado este lunes que los negociadores del Gobierno con el PP para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) representan tanto a los socialistas como a su socio de coalición, Unidas Podemos. Ábalos ha hecho esta aclaración en rueda de prensa después de que el secretario general del PP, Teodoro García Egea, haya asegurado que el Gobierno ha aceptado la condición de su partido de que Podemos quede fuera de la negociación para renovar el órgano de gobierno de los jueces.

Negociaciones encalladas sobre la ley de Vivienda

Pero el tema caliente esta semana en la mesa de los socios es la negociación de la ley de vivienda. Está prevista una reunión de los negociadores del Ministerio de Transportes, liderados por el secretario de Estado de Vivienda, David Lucas, e Ione Belarra, por el lado de Unidas Podemos, como secretaria de Estado de Agenda 2030. Las conversaciones "no pasan por su mejor momento", así lo admiten en el ministerio. Son cuatro los puntos sobre las que se dan las diferencias más importantes: la limitación del precio del alquiler, la regulación de las viviendas vacías y la definición de gran tenedor y desahucios.

En el Ministerio que dirige José Luis Ábalos confían, pese a todo, en la posibilidad de que haya un acuerdo. Un pacto sobre un asunto de tanto calado como la vivienda serviría, así lo admiten en ambos sectores del Ejecutivo, para lanzar un mensaje en positivo sobre la viabilidad de la coalición. Volver a colocar el foco en el programa de gobierno progresista en lugar de en las acusaciones de deslealtad y las discrepancias en público, como ha ocurrido con la condena de la violencia en las protestas callejeras en Madrid o Barcelona.

Fuentes socialistas interpretan que detrás de este posicionamiento de Unidas Podemos hay un interés claramente electoral: mantener movilizadas a minorías que pudieran alejarse de estas siglas una vez que han pasado a ser un partido de Gobierno. En La Moncloa son conscientes de que en el equilibrio entre las motivaciones electorales de cada partido y la estabilidad del Gobierno se juega la legislatura.

 
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