Fiestas callejeras, botellones y gritos de júbilo en toda España por el fin del estado de alarma en el país. Miles de personas han salido a la calle en un ambiente festivo y de cierto descontrol en todo el país, por ejemplo, en el centro de la capital muchos jóvenes se han juntado sin cumplir las medidas una vez pasaron las 00:00 horas, justo cuando ya se quitaban los toques de queda que han mantenido a toda la península sin libertad de movimiento desde el 25 octubre del pasado año. «La pandemia nos ha vuelto a demostrar el valor de la unidad. Nuestra acción común ha sido clave frente al virus y lo será también ahora que iniciamos la recuperación. Impulsemos juntos/as una Europa solidaria, verde, social, que proteja más que nunca a su ciudadanía», ha escrito el presidente Pedro Sánchez este domingo. Sin embargo, Madrid no ha sido la única ciudad donde la gente ha salido a la calle a celebrar el fin del estado de alarma, también se ha visto imágenes de la Plaza Mayor de Salamanca, las calles de Málaga y sus discotecas se han abarrotado, mientras miles de personas también han festejado de madrugada en Euskadi. La Ertzaintza y las policías locales han tenido que intervenir para evitar algunos botellones y aglomeraciones de personas. Lo mismo ha ocurrido en Barcelona donde han sido desalojadas 6.500 personas que estaban haciendo botellones. Petardos, gritos de «libertad» y una exhibición de insensatez han apagado esta noche el silencio al que ya se había acostumbrado Barcelona, que convivía con un toque de queda a partir de las diez desde finales de octubre con el objetivo de frenar al virus. La primera noche sin estado de alarma y toque de queda en Madrid ha sido una multitudinaria celebración de miles de jóvenes bebiendo y bailando en las calles y plazas más céntricas de la capital, cansados de meses de prohibiciones y que parecían festejar de modo anticipado San Isidro, el día 15, patrón de los madrileños. Plazas como la de Chueca y Malasaña o la Puerta del Sol han sido tomadas por miles de jóvenes, que no guardaban las distancias entre personas, que no han acatado el toque de queda que regía este sábado hasta las 23.00 horas y, por tanto podían ser multados, y han seguido de fiesta hasta mucho después del estado de alarma, que ha vencido a las doce de la noche. En la calle de Velarde, en el popular barrio de Malasaña, han volado latas y botellas contra dos vehículos patrulla de la Policía Local que ha dispersado una aglomeración de jóvenes y que les ha obligado a huir hacia la cercana Plaza Dos de Mayo, ya atestada de gente consumiendo alcohol en grupos de más de seis personas. En la Puerta del Sol, la Policía Local ha desalojado el «kilómetro cero» en torno a las 23.30 horas ante la concentración de la gente, que se ha quedado en las calles aledañas esperando a que el icónico reloj marcara las doce de la noche y decayese el estado de alarma. Acordonada por los agentes, los jóvenes no han cesado de gritar la palabra «libertad», «alcohol» y el estribillo de la canción «Seven Nation Army» (que cantan los seguidores del Real Madrid en las victorias) y segundos antes de las doce han empezado a corear una cuenta atrás que ha acabado con una carrera hacia el centro de Sol. Medio millar de personas, muchas de ellas sin mascarilla y sin respetar las distancias de seguridad, se han reunido en la madrugada de este domingo en el paseo Lluis Companys de Barcelona, bajo el Arco de Triunfo, tras finalizar a las 00.00 horas el estado de alarma. Esta ha sido una de las principales aglomeraciones que se han registrado en la capital catalana una vez que ha decaído el estado de alarma y con él el toque de queda que en Cataluña estaba fijado a partir de las 22.00 horas. Otros puntos en los que se han juntado decenas de personas han sido la plaza de los Ángeles, el paseo del Born, plazas como la de Gracia y la de la Revolución o diversas playas de la ciudad. Con la restauración cerrada desde las 17.00 horas y el toque de queda a partir de las 22.00 horas, en Barcelona se han escuchado esta noche más fiestas en pisos particulares de lo habitual en las últimas fechas. La medianoche se ha recibido con petardos y gritos de alegría, y a partir de entonces por la calles de la ciudad han empezado a circular barceloneses y turistas dispuestos a reencontrarse con la noche. El fin del Estado de Alarma ha arrancado en Castilla y León con numerosos «y previsibles» botellones, más de medio centenar de denuncias por ruidos provocadas por fiestas, agresiones, quema de contenedores e incumplimientos de medidas CCOVID. Los principales incidentes se han concentrado en las capitales de Salamanca, Valladolid, Burgos, León y Ávila. Salamanca ha sido la capital que más llamadas al 112 ha aglutinado por incumplimientos de medidas COVID y ruidos. Así, nada más dar las 0.00 horas, cerca de medio millar de personas se concentraban en la Plaza Mayor de la capital para celebrar el final del Estado de Alarma y de allí trasladaban la fiesta a diversas zonas de la ciudad, en especial, al Puente Romano, donde se dirigieron sobre las 01.30 horas. En Valladolid, el epicentro de las concentraciones se han vivido en Las Moreras. Allí se produjeron varios botellones que han sido disueltos por la Policía Municipal. Además se han recibido seis avisos de vecinos por ruidos. Por otra parte, se han producido dos agresiones. La primera de ellas en Las Moreras a las 3.23 horas, con un joven de 19 años herido al recibir un botellazo en la cabeza y que ha tenido que ser trasladado al Clínico Universitario. La Policía ha detenido a dos personas por estos hechos. Poco después, a las 3.35 horas, en la calle Isidro Polo, otro joven de 19 años también ha sido trasladado al Clínico después de ser golpeado con un palo en la cabeza. Además se ha detenido a otras dos personas por resistencia a la autoridad (uno en la playa de las Moreras y otro en Nicolás Salmerón). La policía ha recibido dos llamadas alertando de un paquete sospechoso en las Moreras (a las 00.55 y a las 02.50 horas). También se ha detenido a un varón por robar en un quiosco de Parquesol y los bomberos han tenido que intervenir por la quema da media docena de contenedores en Doctor Daza, Avenida Segovia y Eusebio González Suárez. En Burgos, por su parte, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y locales han intervenido en botellones y en fiestas en la calle y pisos. Málaga ha puesto fin al toque de queda y al estado de alarma con una masiva salida a las calles del centro histórico donde numerosas personas, la mayoría jóvenes, buscaban diversión ajenos (en muchos casos) a los riesgos que supone aún la COVID-19. Un recorrido entre las once de la noche y la una y media de la madrugada reflejaba un claro ejemplo de las ganas de muchos por salir de casa y recuperar la ansiada diversión que disfrutaban antes de la pandemia. «Toque de queda, toque de queda» gritaban algunos jóvenes a medianoche a las puertas de una conocida discoteca situada en calle Beatas donde los clientes hacían cola para acceder pero sin guardia distancia de seguridad. A las doce en punto de la noche, el grueso de los locales de hostelería echaron abajo la persiana, recogían las mesas y sillas y despedían a los últimos clientes. Daban paso entonces a los locales de ocio nocturno que ya llevaban unas cuentas horas sirviendo copas en el interior y en las terrazas. Colas a las puertas de las discotecas y, evidentemente, sin guardar la distancia social. Poco después de la medianoche comenzó a llover y eso estropeó la fiesta en la calle a muchos que estaban preparados con bolsas de refrescos, alcohol y hielo... material que muchos se llevaron a casa para seguir con la celebración de sábado noche. Durante las dos horas y media de recorrido por el centro histórico, la policía local de Málaga hizo acto de presencia en, al menos, tres ocasiones. Diferentes patrullas que recorrieron algunas de las calles más masificadas pero sin pararse. De forma lento cruzaban las vías abriéndose paso entre la multitud de personas que ocupaban la zona. Muchos se subían la mascarilla que luego —tras el paso de los agentes— se volvían a retirar. La fiesta debía continuar ya que los locales cerraban a las dos de la madrugada en cumplimiento de las nuevas medidas impuestas por la Junta de Andalucía.