El Gobierno avisa: "Ahora le toca al independentismo"
En el Ejecutivo esperan que el Govern no plantee cuestiones inviables en la mesa de diálogo, que sigue sin fecha y que no creen que se reúna antes del verano
La prisión, sostienen en el Gobierno, era el principal escollo para el diálogo
Madrid
Ha sido un Consejo de Ministros largo, porque casi todos los integrantes del Gobierno han querido tomar la palabra ante una decisión de tal trascendencia como los indultos de los nueve presos del procés y, según algunos de los presentes, la medida de gracia ha sido apoyada por unanimidad. En el Gobierno entienden esta decisión como un "primer paso para poder restablecer la concordia y la convivencia en términos de normalidad de las relaciones institucionales y también afectivas entre España y Cataluña" porque consideran fuentes del Ejecutivo que la permanencia en prisión de los dirigentes políticos era "el principal escollo" para el diálogo. A partir de aquí, avisan: "Hemos dado un paso y ahora le toca al independentismo".
¿Y qué espera el Gobierno de los partidos independentistas? Lo ha respondido en rueda de prensa su portavoz, María Jesús Montero: que no lleven a la mesa de diálogo demandas inviables, que bloqueen la búsqueda de soluciones porque estén al margen del marco constitucional. El punto de partida para la Moncloa es la agenda del reencuentro que Pedro Sánchez llevó a Barcelona en febrero de 2020, aunque por el momento no hay fecha para que la mesa se reúna ni tampoco intención del Gobierno de ir con prisas, sobre todo, porque después de desplegar la estrategia de los indultos no quieren chocar con el muro del discurso independentista de siempre.
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Quienes no ven factible que la mesa se reúna antes del verano explican además que hasta ahora no se han podido poner a trabajar en contenidos para desarrollar y preparar esa cita. En el corto plazo sí que está prevista una cita de Pedro Sánchez con Pere Aragonès, tal y como suele hacerse con los presidentes tras su toma de posesión.
A partir de ahora en el Gobierno aspiran a una solución "transversal". Se remontan al amplio apoyo, de más del 70%, del Estatut en 2006 después de mucho tiempo en una "espiral tóxica" en la que "no nos escuchábamos". En el Ejecutivo defienden que el diálogo es el único cauce para resolver el conflicto y el único que puede resultar eficaz. Se remontan a la Transición para explicar cómo el diálogo sirvió para la reconciliación después de la dictadura y apelan también a la memoria para recordar que los gobiernos socialistas siempre son los que toman decisiones que se entienden mejor con el tiempo. Esto es lo que opinan que ocurrirá con los indultos. "Son el inicio del camino", aseguran.
Si hay una expresión que repiten los miembros del Ejecutivo es que hay que "pasar página". Insisten en que no se le puede restar gravedad a los hechos del 1-O, pero también en que esos hechos fueron juzgados y condenados y admiten, llegados a este punto, que es "excepcional" que en una democracia occidental haya líderes políticos en prisión. "Es algo que no se entendía en el resto del mundo".
Y son muy vehementes en el Gobierno al defender que "no lo volverán a hacer". No sólo porque políticamente el contexto no es el mismo y el independentismo, dicen, saben "llevó a la sociedad catalana al precipicio" sino porque los indultos ofrecen garantías, como el mantenimiento de la inhabilitación de los penados y la condicionalidad de la medida de gracia. Lo que no está garantizado, así lo ha admitido la portavoz Montero, es que esto vaya a ser la solución al conflicto catalán.