Historia sangrienta de la Cruz del Rastro
Manuel García Parody nos cuenta cómo fue la matanza de judíos y conversos de 1473, y la llegada de las tropas carlitas en 1836. Dos trágicos acontecimientos que tuvieron lugar en este enclave de la Ribera
Historia sangrienta de la Cruz del Rastro. Hoy por Hoy Córdoba. Con Manuel García Parody
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Córdoba
Tras recorrer en capítulos anteriores la historia de la calle Lineros y de la plaza del Potro, continuamos en esta orilla del Guadalquivir, y en concreto en la Cruz del Rastro, escenario de dos tristes acontecimientos de la historia de Córdoba.
El primero de los hechos que nos ha contado Manuel García Parody no sitúa en la Semana Santa del año 1473, durante una procesión de la Hermandad de la Caridad. "Al paso de la Virgen junto a la Posada de la Herradura alguien lazó sobre la imagen unas aguas inmundas. Corrió la voz de que esas aguas habían salido de la casa de unos judíos," nos cuenta Parody. En la revuelta murió un herrero del barrio de San Lorenzo, lo que "acabó provocando una matanza contra todo aquel que no fuera cristiano viejo".
Al final, hubo impunidad para los causantes de la venganza mientras que los judíos se vieron obligados a huir de la ciudad o a vivir en auténticos guetos, en lo que Manuel García Parody califica como "una de las páginas más ignominiosas de la historia de Córdoba". De hecho, el historiador no descarta que la Cruz que allí se levanta rinda homenaje a los fallecidos en aquella revuelta, "y que su nombre, 'del Rastro' aluda al rastro de sangre dejado por aquellos inocentes".
Tristemente, los hechos ocurridos en el siglo XV no fueron los únicos que han teñido de sangre este enclave de la Ribera. En 1836, en el contexto de la primera Guerra Carlista, que enfrentó a los seguidores de Isabel II y a los del infante don Carlos, hermano de Fernando VII, tuvo lugar otro trágico acontecimiento. "Las tropas carlistas, comandadas por el general Gómez, entraron en Córdoba sin demasiada oposición cuando alguien disparó desde la Posada de la Herradura a un brigadier, al que causó la muerte a pesar de ser atendido en el cercano hospital de la Caridad". La respuesta del General Gómez fue "rodear el Mesón de la Herradura y prenderle fuego, sin hacer distingos entre quien pudo hacer el disparo y los viajeros que allí se alojaban". Una pesadilla que, según Parody, "a muchos recordó a la vivida durante la entrada de las tropas francesas del general Dupont 30 años antes".
Este paseo por la historia más trágica de la Ribera nos ha servido también para recordar los cerca de 150 años que duraron las obras de construcción de los actuales márgenes del Guadalquivir a su paso por Córdoba, y que llevó a acuñar una frase célebre entre los cordobeses: "Esto va a durar más que las obras del murallón".